Ayestarán pretende utilizar un sistema de juego basado en la combinación entre los futbolista para aprovechar el talento de sus futbolista. Y aunque hace tiempo que dejó claro que no todo se basa en el dibujo, el sistema es un aspecto crucial dentro de la filosofía de un técnico, el vasco, que quiere reverdecer laureles.
Empieza la cuenta atrás. El partido del Camp Nou fue un inciso. Un impás. La UD Las Palmas de Pako Ayestarán arrancará de forma definitiva el próximo 16 de octubre a las 20:00 horas y esta semana está siendo clave para comenzar con buen pie. El técnico vasco se ha puesto el reto de devolver a los amarillos al pedestal del toque, al status quo del tiki-taka siempre teniendo en cuenta que lo más importante, por encima de todo, es sacar adelante a un equipo que tiene algunas urgencias.
El preparador de Beasáin planea recuperar toda la identidad de la UD, siendo ese su discurso desde el primer día y siendo eso lo que le ha trasladado a los jugadores desde que puso un pie en Gran Canaria. Pero para ello tiene que convencer a sus pupilos de que la mejor manera de llegar a ese punto de brillantez estilística es desde un sistema 4-3-3 que ha sido santo y seña del nuevo entrenador amarillo a lo largo de su carrera. Y en pocos días ya ha puesto a trabajar la maquinaria isleña para conseguirlo.
No obstante, Ayestarán dejó claro el día de su presentación que no todo se basa en el dibujo, sino que el estilo depende de cómo se comporten los jugadores. Siendo un técnico al que le gusta llegar a sus jugadores desde un discurso motivador, esa es la gran clave para llegar a una plantilla que tiene que levantar la cabeza para volver a ser competitiva. Ahora son los jugadores los que tienen que comprar ese discurso y, de momento, está calando en el seno de un vestuario que quiere sacar la situación adelante.
Y ahí es donde el ex entrenador del Valencia tiene que decidir qué piezas encajan mejor en su idea e idiosincrasia. Jonathan Viera, Tana, Aquilani, Samper, Javi Castellano, Hernán, Momo, Toledo, Rèmy, Tannane… el míster guipuzcoano sabe que posee una plantilla cargada de calidad y con piezas que puede mover a su antojo con el fin de encontrar el equilibrio. Lo cierto es que con Márquez el equipo mejoró defensivamente, pero fallaba a la hora de construir su juego ofensivo.
En el Camp Nou se vieron algunos detalles, se vio una UD que podía aprovechar el talento y la colección de jugones que tiene en la plantilla. La cuestión es quiénes y cómo. Ese tipo de preguntas son las que Ayestarán se tendrá que hacer cuando llegue ese lunes en el que el Estadio de Gran Canaria abra sus puertas a su idea.
Según el partido y la circunstancia, Pako puede jugar con ese tridente del centro del campo; puede colocar a Viera y a Tana junto a Aquilini o Samper si se ve con posibilidades de dominar, complementar a los dos canteranos con Hernán o Javi Castellano si quiere resguardar un poco al equipo o mutar el dibujo hacia un escenario donde los amarillos jueguen con cinco centrocampistas.
Teniendo en cuenta que todavía queda más de una semana para que termine de arrancar la era Ayestarán, aún es pronto para sacar ciertas conclusiones. Sin embargo, los detalles que el nuevo entrenador está dejando ver invitan al optimismo y a una UD Las Palmas bastante más reconocible a la que se ha visto en los últimos meses. Pako quiere reverdecer laureles y quiere llevarlo a cabo desde el 4-3-3.