Tras la línea enemiga

Foto: LaLiga


Pako Ayestarán colocó una defensa de cinco en el Santiago Bernabéu con el fin de protegerse de todo el potencial ofensivo del Real Madrid. Esa circunstancia ayudó durante muchos minutos a los amarillos, pero acabó por denostar el estilo futbolístico que Las Palmas lleva desarrollando durante muchísimo tiempo. 

Protegidos. Juntos. Con el ojo a visor. Las Palmas se protegió tras una línea enemiga, la del ataque del Real Madrid, para evitar un descalabro mayúsculo en el Santiago Bernabéu. Esa defensa con cinco hombres consiguió desarbolar las opciones de los hombres de Zidane de marchase por delante al descanso, pero no fue suficiente para frenar a un equipo, el blanco, que con muy poco te destroza. No obstante, esa apuesta amarrategui ha enterrado la filosofía de juego de la que la UD presumía.

Es evidente que lo importante, con las urgencias clasificatorias que vive Las Palmas, son los resultados. Se puede jugar a ser resultadista y se puede intentar puntuar en en un campo como el capitalino achicando mucho, defendiendo con muchos hombres y sufriendo durante muchísimos minutos, aunque este Madrid invita a otras cosas. El equipo merengue llegaba tocado, sin sensaciones y, durante un buen tramo de la primera mitad, regaló la pelota dejando espacios en los que se podía hacer daño.


Quizás, no era el momento ni estaban los jugadores indicados, pero la UD dejó a un lado la valentía para entregarse ya derrotado ante su rival con un sistema de juego con el que acabó recibiendo tres goles. Sin el valor para plantarse en el Bernabéu con más metralla, acabó desperdiciando todas las facilidades que el Madrid dejó durante la primera parte. Con el campo algo frío y con el rival falto de chispa, Las Palmas se vio con más gente por detrás de la pelota que por delante cuando podían irse arriba.

Al final, la goleada se produjo igualmente. Las sensaciones fueron las mismas que con los anteriores dibujos empleados por un Ayestarán al que, de momento, no le sale nada de lo que intenta. Se dejó atrás el buen fútbol y se hizo un brindis al sol donde el equipo amarillo está muy desubicado, como un yerno en su primera cena con sus suegros, algo que deja claro que este camino, el de un juego más defensivo, es más largo y poco gustoso que el empleado en otras temporadas.

Y así acabó Las Palmas cometiendo los mismos errores que en noches venideras. Con defensa de cinco, con defensa de cuatro o con siete delanteros esta UD no se encuentra de ninguna de las maneras. El equipo no levanta cabeza y, además, en el Bernabéu dejó de lado su fútbol. Tras la línea enemiga es muy difícil que la escuadra grancanaria pueda encontrarse a sí misma en este mar de dudas. Suenan las alarmas.

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