Durante este parón de selecciones el cuerpo técnico de la UD Las Palmas ha aprovechado para realizar una serie de test físicos que han catalogado cómo se encuentra la plantilla amarilla a estas alturas de temporada.
Las Palmas se duele. Se duelo en lo deportivo, pero también en lo físico. La UD no está al nivel que debería en el apartado físico y eso ha sido detectado por el cuerpo técnico de un Pako Ayestarán que no está del todo contento por cómo está el equipo en ese ámbito. De hecho, durante este último inciso competitivo por encuentros internacionales ha sido aprovechado para hacer varios test para catalogar el estado de la plantilla.
Esto ejemplifica que los males de los grancanarios vienen desde el inicio de la pretemporada, momento donde los jugadores deben ponerse a tono para poder estar muy cerca de su máximo a la hora de empezar la competición. En ese sentido, desde el club se le quita toda la culpa a Manolo Márquez y ha sido el presidente, Miguel Ángel Ramírez, el que ha alzado la voz para asumir los errores de la entidad en la preparación.
Lo cierto es que el equipo ha adolecido de capacidad física en muchos encuentros y eso se nota tanto a la hora de competir como a la hora de buscarle una razón de ser de todas las lesiones musculares que ha sufrido la plantilla en apenas 11 jornadas. Por ello, es evidente que los amarillos están lejos del nivel físico óptimo para poder afrontar una competición tan exigente y tan profesional como LaLiga.
En boca del propio Ramírez, el equipo «ha tenido unos resultados que no están al nivel físico. Se está trabajando para cambiar eso. Las cosas no se han hecho bien y, ahora, hay que tomar decisiones para pelear contracorriente», señaló en UDRadio.
Ahora Las Palmas tiene que trabajar al máximo para coger la forma necesaria para ponerse a la altura del resto de equipos que están peleando por no descender. El tiempo apremia a una plantilla que el domingo se juega algo más que tres puntos.
