El jugador croata sufrió el pasado mes de septiembre una lesión de tobillo que le ha tenido alejado de los terrenos de juego. Las Palmas ha sufrido en este tiempo las consecuencias de la ausencia de un jugador con calidad y desparpajo como él.
Alen Halilovic ha vivido un 2017 convulso, sobre todo en el último tramo de año. El futbolista nacido en Dubrovnik cayó lesionado ante el Athletic Club el pasado 17 de septiembre. Recién traspasada la media hora de juego, el futbolista amarillo salió malparado de una acción con Raúl García. El jugador amarillo, que estaba siendo de los mejores en la UD durante el encuentro, tuvo que ser sustituido en el minuto 37.
Las Palmas ganó 1-0 con un gol de Remy en el 87’, pero ese día coincidió con el principio de una horrorosa racha de sensaciones y resultados. Halilovic estaba destinado a ser parte fundamental de un sistema en el que puede encajar de diversas maneras. Manolo Márquez, entrenador en aquella etapa, lo escoraba a la banda izquierda para que partiera con desborde.
Pese a su expulsión en el primer choque de Liga en Mestalla, el centrocampista balcánico fue titular en los otros tres partidos. Se perdió la derrota contra el Atlético de la segunda jornada, volvió en el once en La Rosaleda ante el Málaga e hizo lo propio en casa el día de su lesión frente al Athletic Club. Con ello, suma un total de 133 minutos en competición liguera.
Ahora, con el Año Nuevo a la vuelta de la esquina, Halilovic puede ser un ‘refuerzo’ de gala para la UD. Paco Jémez cuenta con el regreso del mago croata, que incluso pasó por el quirófano para tratarse su sindesmosis tibioperonea (distensión en el ligamento que une tibia y peroné). Esfuerzo y superación han sido los únicos ingredientes para sobrellevar este periodo de inactividad.
La filosofía y la propuesta futbolística del nuevo técnico amarillo congenian con el estilo de Halilovic, por lo que una buena preparación física y mental pueden llevarle a ser decisivo en un futuro no muy lejano. La afición quiere volver a corear su nombre, vibrar con sus pases y cantar sus goles. Todo ello de la mano de un entrenador que puede venirle como anillo al dedo. La conexión Paco-Alen está cerca.
