365 días de una gesta inolvidable

Jonathan Viera / LFP.es


Hace hoy justo un año la UD Las Palmas rozó el cielo del Santiago Bernabéu en un partido donde se dignificó todo lo bueno del estilo futbolístico amarillo y donde la era Quique Setién tocó techo ante todo un Real Madrid. 

Madrid, ocho y media de la tarde. El primer día del mes de marzo de 2017 se abría paso en uno de los templos más importantes del planeta fútbol. El Santiago Bernabéu era el escenario donde Real Madrid y UD Las Palmas se retaban en un duelo de necesidades encontradas, de destinos cruzados por el azar del calendario. Los blancos defendían liderato en plena pugna por LaLiga, mientras los grancanarios querían volver a despegar.

Aquella jornada 25 de la temporada 16/17 un equipo de 11 guerreros vestidos con una armadura de color amarilla llevaba por bandera una manera de entender el juego que recordaba a sus mejores tiempos. Las batallas de la UD de Quique Setién no se desarrollaban a través de la dureza o de la cruda estrategia, sino desde el punto de vista más artístico de un deporte donde el balón era el principal protagonista.


Las Palmas brilló aquella noche en el Bernabéu y lo hizo con su personalidad. Sin inventar nada nuevo, sin especular y siendo fieles a sí mismos, los insulares desplegaron sobre uno de los tapetes verdes con más glamour del mundo un fútbol de salón, de paladar fino y exquisito. Los grancanarios dominaron el juego desde su filosofía y respondieron con golpes certeros en todo momento al transatlántico merengue.

Lo cierto es que todo le salió prácticamente a pedir de boca a los amarillos; Viera, Tana, Boateng, Roque, Vicente y compañía desarrollaron una oda futbolística que puso patas arriba el feudo blanco. El sabor a cantera, con hasta siete canteranos actuando en ese choque, y a un estilo futbolístico donde la sutileza tenía un sitio reservado, consiguieron que la era Quique Setién tocara techo aquella noche a pocos días de anunciar su final.

Aunque el Madrid acabaría siendo el Madrid y remontaría el encuentro para salvar un punto, lo que la UD hizo aquella noche quedará para siempre en un selecto lugar de la memoria colectiva amarilla. No todos los días se puede decir que se tuvo contra las cuerdas a un equipo como aquel que dirigía Zinedine Zidane y que meses más tarde se acabaría convirtiendo en doble campeón de Champions League y campeón de Liga.

La historia de Las Palmas está llena de cantares gestas que bien podrían ser interpretados por trovadores, pero lo que sucedió esa noche en el Santiago Bernabéu es prácticamente sin demasiada duda uno de los episodios más bellos que se hayan contado jamás. De hecho, justo año después de ese partido se sigue recordando con una sonrisa de oreja a oreja lo que muchos pensaron que sería imposible.