
Lúcido en la palabra como lo fue con el balón. Hombre de cantera que rebosa ‘canariedad’ por los poros, Roque Díaz defendió la zamarra amarilla en más de 200 ocasiones entre 1972 y 1984. Hace 40 años fue titular en un partido que pasó a la historia de la UD. Hoy, le duele ver al equipo de sus amores lejos de ese olimpo de dioses en el que un día irrumpió con un fútbol de escándalo.
Pregunta. ¿Qué supuso llevar a la UD a lo más alto del fútbol español?
Respuesta. Yo creo que primero que nada hubo una plantilla mucho mejor a nuestro entender. Fue la que se constituyó y nos deleitó en los años 1968, 1969 y 1970, en la que, si no llega a ser por una decisión arbitral, hubiéramos quedado campeones de la Liga Española. Casi nada.
P. Mucha gente dice que el ‘tiki-taka’ nació con el Barcelona, pero lo cierto es que la UD ya lo practicaba en sus tiempos.
R. Efectivamente, el ‘tiki-taka’ deleitó en aquella época y el equipo que deleitaba era la UD. A pesar de ser un equipo supuestamente menos potente económicamente, se enfrentaba a los todopoderosos Real Madrid, Barcelona, Valencia o Atlético de Madrid y los trataba de tú a tú. Lamentablemente en estos momentos Las Palmas no ha jugado a nada y nos estamos jugando un descenso. En aquella época incluso participábamos en Europa. Quizá mucha gente no se acuerde, pero yo sí.
P. ¿Cómo se sentía con esa filosofía en la que, a pesar de ser defensa, todo el mundo contaba?
R. Todos teníamos una función muy clara. Yo soy entrenador también y tengo muy claro lo que tiene que hacer un defensa: lo primero es defender. Mi misión en aquella época era defender, los sistemas de juego eran totalmente distintos y las marcas eran individuales. A mí me tocaba hacer ese tipo de función. No cabe duda de que después se compensaba con jugadores extraordinarios técnica y tácticamente. Fue una combinación de una plantilla magnífica con un entrenador que supo sacarle rendimiento, en este caso Miguel Muñoz, y por eso nos vimos en la final de la Copa del Rey.
P. 40 años de esa fecha histórica. El club ha atravesado momentos muy duros desde esa fecha. ¿Qué queda hoy en día del equipo que llegó a la cima en 1978?
R. Para empezar, no queda nada porque los jugadores son distintos, la manera de jugar es totalmente diferente. Antes había una combinación magnifica entre canarios y latinoamericanos. En estos momentos hay cada vez menos presencia canaria. Quienes tienen que corregir esa situación son los máximos responsables de la dirección de este equipo. A mí personalmente me gusta más ver gente de Canarias, con todo mi respeto a los demás chicos, pero si hablamos de proyecto de cantera hay que jugar a eso. Se tenía la ilusión de que iba a ser un proyecto muy ambicioso y al final creo que nos vamos a ver abocados a jugar en Segunda División. Ojalá mañana venga alguien y me diga que me he anticipado por decirlo antes de que sea matemático, pero sería un auténtico milagro.
«mE GUSTA MÁS VER GENTE DE cANARIAS EN EL EQUIPO»
P. Para usted y su generación era un orgullo vestir la camiseta de la UD. ¿Cree que ahora mismo existe una falta de compromiso con el escudo y los valores?
R. Sería injusto si dijera que no sienten los colores. Lo que sí digo es que las épocas son totalmente distintas. Hoy en día se juega bastante más por dinero que por sentimiento. En aquella época lo único en lo que pensábamos muchos de los chicos que teníamos la ilusión de jugar con nuestro equipo era puro sentimiento y defender los colores de tu equipo y de tu tierra. Hoy en día ha cambiado muchísimo la situación, pero no quiere decir que no sientan los colores. Es distinto.
P. ¿Qué significó jugar una final en uno de los templos del fútbol español como es el Santiago Bernabéu?
R. Fue un orgullo. Hablamos de una época en la que el sentimiento de canariedad era fuerte. No digo que ahora no lo sea, pero vivíamos en una situación política muy viva de defender lo que era la canariedad. Hay que darse cuenta de que vivimos en una isla y nos desplazábamos al territorio nacional a expresar nuestro sentimiento de canariedad. Ese sentimiento de ser canario tenia bastante que ver con defender los colores de este equipo.
P. En alguna ocasión ha comentado que iba a encargarse de marcar a Cruyff, pero Michels cambió los planes retrasando al holandés. ¿Cómo se había preparado mentalmente para cubrirlo?
R. Quizá suene extraño, pero las situaciones eran distintas a las de hoy. Ahora se visualiza a la perfección cualquier movimiento del rival. En mi época veíamos un partido cada mes. Sabíamos las características del jugador que intentábamos anular, pero hoy en día se tiene al segundo cómo juega y qué movimientos realiza cada jugador. En aquella época era impensable toda la información que hoy maneja un profesional, ya no solo los jugadores, sino el staff de dirección de un equipo profesional en una de las ligas más poderosas del mundo.
P. ¿Se acercó al final del partido a hablar con Cruyff o a pedirle su camiseta?
R. Sí, hay una fotografía en la que yo estoy incluso con la camiseta del Barcelona. Nos intercambiamos la camiseta y hay jugadores como Migueli y otros de la UD, entre los cuales me incluyo, que portábamos las camisetas del rival. Algunos terminamos tomando alguna que otra ‘copilla’ porque había finalizado todo y estábamos alojados en el mismo hotel.
P. Carnevali, Brindisi, Morete… Aquella plantilla daba miedo. ¿Volverá Las Palmas a rozar las puertas del cielo como en esa época?
R. Yo también creo que fue importante que estuvieran Jose, Felipe, Gerardo, Hernández… No les voy a quitar el valor a los latinoamericanos porque fueron unos jugadores y unos compañeros extraordinarios, pero también hay que hablar de nuestra gente. Yo me considero defensor de la cantera, y no por el hecho de ser canario, sino porque entiendo que el canario, si levantas un tenique, como suele decirse, es un plusmarquista mundial en cualquier modalidad deportiva. Antes sin instalaciones deportivas y ahora con instalaciones entiendo que saldrán más.
«lOS sudamericanos FUERON EXTRAORDINARIOS, PERO HAY QUE HABLAR DE LOS NUESTROS»
P. 40 años después de una fecha para la historia estamos a punto de vivir otro triste episodio para la entidad. ¿En qué se ha fallado este año para acabar descendiendo?
R. A mí no me gusta hablar si hay una mínima posibilidad. Yo no voy a señalar los culpables, pero está claro que alguien tiene que hacer una reflexión si quiere que esto cambie.
P. Como presidente de la asociación de exjugadores de la UD, ¿cómo cree que se puede recuperar a la gran cantidad de masa social que terminará esta temporada desencantada con su equipo?
R. Ganando partidos. En el fútbol la máxima es meter más goles que el rival, y si no lo haces tendrás la triste y desagradable experiencia de estar en los puestos de descenso, como lamentablemente nosotros ahora. En fútbol la máxima es esa cosita redonda que se llama balón y que va entre esos tres palos. Se suele decir que nuestra gente es muy exigente al analizar y apoyar, pero si no hay capacidad de gol… Solo se anima ganando.