Las peñas dicen basta y no acudirán al partido ante el Girona

Foto: Gabriel Jiménez (udlaspalmas.NET)

La Federación de Peñas de la UD Las Palmas ha anunciado que el sábado 19 de mayo no van a acudir al Estadio de Gran Canaria como forma de protestar por todo lo sucedido durante esta temporada con la entidad amarilla. 

La fractura social entre la UD Las Palmas y su afición es notable. El descenso de categoría y el desapego provocado por parte de la entidad durante esta temporada han dejado una herida que no está siendo fácil de cerrar, una cuestión por la que la Federación de Peñas del club amarillo ha tomado una decisión: No van a acudir al Estadio de Gran Canaria para presenciar el duelo entre el conjunto insular y el Girona de Pablo Machín.

Esta medida, que se tomó el pasado miércoles por la tarde tal como informó La Provincia, es inamovible. Sin embargo, todas las peñas de la UD no van a dejar de ver el partido ya que se van a reunir en el Parque del Insular y están intentando habilitar una zona para ver el encuentro todos juntos. Esto significa que dejarán de lado al equipo por un día, pero le seguirán de cerca aunque no sea en el propio recinto de Siete Palmas.

Este acto tiene como objetivo protestar por la nefasta campaña que ha cuajado la escuadra grancanaria, tanto en el aspecto deportivo como en el social. El club amarillo ha provocado una ruptura abrupta con sus aficionados y este abandono en la última fecha puede significar que Las Palmas dispute un partido como local con un ambiente fantasmagórico, desolador y amargo, dado que consumarán su descenso definitivo.

Si ya contra el Getafe se batió el récord de menos afluencia de público en Primera, ante el Girona puede volver a romperse una nueva barrera en esa faceta. El récord del Gran Canaria de peor afluencia en su historia data de la temporada 2004/2005 cuando en un encuentro correspondiente a la Copa del Rey ante, precisamente, el conjunto azulón acudieron 3.015 espectadores según reseña el citado medio.

No corren buenos tiempos para la lírica y tampoco para una UD Las Palmas cuyo camino de regreso a Segunda División se ha convertido en una caída libre que no parece tener fin. Aun así, toda esta oleada de negatividad se la ha ganado a pulso el propio club.

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