El fantástico centrocampista catalán dice adiós al mundo del fútbol a sus 37 años y tras una gran trayectoria, incluyendo un periplo en la UD Las Palmas en el que dio luz a un proyecto que por aquel entonces estaba despertando tras regresar de Segunda División B. Un caballero dentro y fuera del césped, el pivote siempre quedará en la memoria de los aficionados amarillos por su clase con el balón.
Toque, clase y jerarquía. Caballerosidad y hombre de equipo. Roberto Trashorras deja de lado el balón y da un paso al costado, retirándose del mundo del fútbol. De ese modo, deja atrás una carrera trazada a fuego lento, subiendo peldaño a peldaño hasta lograr afianzarse como el futbolista de primer nivel que fue. Si bien es cierto que nunca fue un jugador de élite mundial, el catalán demostró estar capacitado para jugar en la mejor liga del mundo sin problemas siendo decisivo en un Rayo Vallecano donde es leyenda.
No obstante, para poder llegar hasta el conjunto madrileño, el centrocampista de Rabade tuvo que labrarse un camino que no fue de rosas, pasando por una UD Las Palmas que iba en búsqueda de un futuro más próspero. En la isla se encontró con un equipo recién ascendido en plena reconstrucción tras haber tocado fondo, pero eso no le impidió brillar y ser el canalizador del juego sobre el césped. De hecho, podría decirse que el ex ’20’ amarillo, junto a Marcos Márquez, fueron parte de la luz de un club que sobrevivió.
Más allá de su talento para jugar al fútbol y su exquisito trato de la pelota, Trashorras siempre destacó por ser un profesional de pies a cabeza que lo dio todo por la camiseta insular, manteniendo un trato espectacular con todos aquellos que rodeaban al club.
De amarillo protagonizó muy buenos momentos en sus dos temporadas, dejando en el aficionado un recuerdo especial que todavía hoy, en el día de su retirada, todavía sigue vigente hasta el punto de poder encontrar en las redes sociales multitud de mensajes con los que se recuerda a la figura de este centrocampista que destilaba clase.
Aunque Trashorras nunca llegó a jugar en la selección española y no consiguió ganar un título, el cariño que ha conseguido ganarse por parte de la gente demuestra que, en ocasiones, no hace falta llegar a lo más alto para triunfar. Y es ahí, desde el respeto y la admiración, donde también se logra encontrar la satisfacción de una carrera impecable.