La UD Las Palmas comienza hoy la preparación del partido ante el Málaga y eso supone un incentivo añadido a la semana. Este choque, a pesar de jugarse en pleno mes de septiembre, ya tiene tintes de decisivos en muchos aspectos y de ese modo tanto amarillos como malagueños quieren dar el do de pecho más alto.
Tras la batalla de Almendralejo, la UD ya mira hacia el Málaga. El encuentro ante el conjunto que dirige Juan Ramón López Muñiz es, a día de hoy, uno de los mejores que se pueden disfrutar en esta Segunda División tan histórica. Amarillos y boquerones son dos transatlánticos que buscan regresar a Primera División cuanto antes, por lo que el domingo a partir de las 17:00 lucharán mano a mano por ver quién es el primero en dar un golpe sobre la mesa que no será decisivo, pero que no deja de ser importante.
Lo cierto es que ambos llegan en unas dinámicas parecidas, aunque los malagueños cuentan con la ventaja de estar invictos. El cuadro andaluz se ha convertido en una máquina de ganar partidos a través de la solvencia, por lo que hasta ahora todo lo que ha jugado en liga lo ha ganado. Sea por un solo gol o por más, este Málaga se aferra a la victoria como puede y con esa fórmula está triunfando en este inicio de campeonato.
En cambio, a la UD le ha costado un poco más en este arranque porque ha sido menos meticuloso que su próximo rival. El haber perdido puntos en casa ante Albacete y tras una mala primera parte en Zaragoza les ha perjudicado en su persecución, aunque después de ganar al Extremadura en un partido de casta quieren mantener esa línea ahora con una victoria en casa que tiene un premio de valor doble más allá del moral.
Este va a ser el primer partido en el que tanto el club como los jugadores y el entrenador han hecho un llamamiento con todas las letras a la afición. La guagua va a volver a pasar por Fondos de Segura, los precios son accesibles y el rival invita a pasar una tarde en Siete Palmas. Un Estadio de Gran Canaria con gradas llenas y una victoria amarilla sería un empujón importante para que la hinchada amarilla termine de recuperar la fe en su equipo, la fe en el ascenso después de todo lo que sucedió el curso pasado.
Las Palmas viene de tiempos oscuros y busca el camino para reencontrar el sitio que perdió el año pasado. Si bien es cierto que todavía es pronto para ascender o para dejar tocado a un rival, también es verdad que ganar un choque como el que se va a jugar este fin de semana suele tener valor doble. Es el momento de que la UD saque las garras.
