Dentro de este bache que ha atravesado la UD siempre ha estado presente el rigor defensivo con el que quiere hacerse fuerte en esta categoría. Aunque los equipos han generado más ocasiones, Raúl Fernández ha estado excelso y los amarillos siguen siendo uno de los menos goleados.
Vaso medio lleno o medio vacío. Depende de cómo se mire. Lo que está claro es que la UD Las Palmas ha atravesado un bache del que consiguió salir el pasado sábado ganando al Numancia. Los goles curaron el mal momento de los amarillos y el equilibrio que encontró Jiménez en el centro del campo fue clave. A pesar de ello, dentro de esa pequeña oleada de malos resultados, el cuadro insular volvió a sacar pecho de su solidez en la parte de atrás, sobre todo, en la portería.
Si bien es cierto que en esos 3 partidos de dudas los grancanarios tuvieron dificultades de más para frenar a sus adversarios, la figura de Raúl Jiménez volvió a sobresalir para conseguir que su equipo siempre estuviese en el partido. De ese modo, aunque la pólvora estaba mojada, ante Sporting y Alcorcón, la UD tuvo opciones en todo momento de empatar o ganar respectivamente. Por ello, aunque la zaga no estuviese tan brillante, se mantenían las esperanzas en sumar.
Evidentemente, que el portero sea el mejor jugador de Las Palmas no es buena señal. Aun así, en los malos momentos y en partidos donde los rivales van a salir dispuestos a derrumbar a un gallito de la categoría, siempre es bueno tener un portero de garantías que salve los muebles. Ya le pasó a los amarillos en La Romareda, por ejemplo, y es probable que vuelva a pasarle a lo largo de esta temporada porque, ese cartel de favorito motiva un poco más a los contrarios.
A pesar de todo, Raúl es una baza importantísima en esta UD y lo demuestra en cada partido. De hecho, acostumbra a un nivel de excelencia tan alto que cualquier mínimo fallo se le nota, quizás, un poco de más. Con él bajo los palos, los amarillos tienen un seguro de vida a todo riesgo que funciona perfectamente.