El atasco en la operación salida es la única novedad en este parado mercado de fichajes de la UD Las Palmas. El club se está mostrando exigente a la hora de dejar salir a los activos que tiene en la primera plantilla, lo que provoca que tampoco se pueda incorporar a nuevos jugadores para no incumplir el fair play financiero de La Liga. Christian Rivera es otro ejemplo que ilustra esta situación.
La intención de Pepe Mel es la de rebajar el número de pasajes con destino Marbella para la próxima semana. Tarea complicada viendo el ritmo de ventas, cesiones o rescisiones (las tres palabras que empleó Ramírez en su rueda de prensa para tratar las bajas de este verano). Solo Fidel y Cala han rescindido su contrato y aún no se ha ingresado ni un solo traspaso que disminuya el tope salarial del equipo.
Hay, de forma clara, seis nombres propios que entran en las quinielas para no continuar: Mauricio Lemos, Mateo García, Christian Rivera, Javi Castellano, Dani Castellano y Thomas Pekhart. Todos con contrato en vigor y que supondrán operaciones delicadas, pero especialmente compleja está siendo la situación del mediocentro asturiano.
Tras su cesión al Huesca, Rivera parece haber ganado caché en el fútbol español y se le considera uno de los principales activos para poder obtener un traspaso. Según informa La Provincia, hay clubes europeos que jugarán competición continental detrás del futbolista, aunque el centrocampista, al que le restan tres años de contrato en la UD, prioriza en su intención de seguir en España.
En este sentido, el Getafe – que también participará en la Europa League este curso -, el Granada y el Leganés son, según el diario, los tres equipos que parten con ventaja para hacerse con los servicios de Rivera. De momento, el jugador se entrena al margen de sus compañeros y espera una pronta solución a la misión de encontrar destino lejos de la isla pese a su compromiso de larga duración con la UD.