El técnico amarillo afronta, tras 12 partidos sin ganar, tres partidos claves para el devenir de una Unión Deportiva Las Palmas que sólo aspira a la tranquilidad.
Desde luego que Pepe Mel tiene razones para quejarse. Pidió un lateral derecho y no se lo trajeron, pidió un mediocentro y no lo obtuvo. Comenzó la temporada sin Viera y con dudas; llegó Viera y se le iluminó el cielo; se fue Viera y han regresado las dudas.
A Mel sí se le puede achacar la poca capacidad de buscar alternativas al jugador responsable de gran parte de los puntos que actualmente tiene la UD Las Palmas en su tabla. Tras doce partidos sin ganar y sensaciones pobrísimas en todas ellas –los datos son elocuentes: en 11 partidos de 2020 sólo ha conseguido 6 tantos y ha estado 5 partidos sin marcar– a Pepe Mel se le acaba el crédito.
Esta tarde ante la UD Almería (18:30 horas, emitido por GOL y comentado por udlaspalmas.NET) los amarillos tienen una prueba de fuego ante uno de los conjuntos llamados a ascender a Primera División.
A tres puntos del descenso, los grancanarios necesitan encontrar soluciones ya. No disparan a portería, se centran en no cometer errores en las entregas y miran al partido como el mal estudiante en una clase de matemáticas: haciendo tiempo para que termine sin ningún destrozo.
La relevancia llega para Mel en los siguiente dos choques ante Lugo el sábado 20 de junio en el Estadio de Gran Canaria; y Albacete, el miércoles 24 de junio en el Carlos Belmonte. Dos choques trascendentales ante rivales directos que, en su conjunto marcarán el futuro de la UD en la competición y el de un Pepe Mel aún no renovado.
