Un verano atípico en la UD

El verano de 2020 será recordando como el verano más extraño de las últimas décadas. La aparición del COVID-19 en España a principios del mes de Marzo ha alterado una competición anclada a fechas históricamente inamovibles. El saber adaptarse a las nuevas situaciones será clave en los meses venideros.

Las altas, las bajas, el ajuste salarial, las fechas de inicio de la campaña 2020/2021, los protocolos sanitarios para la vuelta de los aficionados a los estadios… son algunos de los temas que se barajan en todas las entidades de los equipos de fútbol español desde que se terminó la temporada. Una temporada para la historia, con un parón liguero que obligó a hacer otra pequeña pretemporada y con un objetivo en común: adaptarse rápidamente a la nueva situación.

Los clubes están a la espera. Como el marinero esperando a que el mar esté en calma para salir a faenar. No se mueve ficha en los despachos, esperando, entre otras cosas, el desenlace final del Deportivo de la Coruña y el Fuenlabrada, el cual ordenará el caos de saber quién opta finalmente a subir a primera división por el método «playoff» o quién desciende.

En la UD siguen con la hoja de ruta marcada: primero salidas, luego las entradas. En la rampa se encuentran Deivid, Mauricio Lemos y algún peso pesado de la plantilla. En dudas la gran incógnita de Rubén Castro, y en altas se baraja la llegada de Dani Ojeda para la delantera y en standby la posible vuelta de Pedri. Un verano atípico en la UD con un objetivo: conseguir los 50 puntos cuanto antes para mirar a techos más altos.

 

 











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