Como lo hacía en el Juvenil División de Honor, el jugador tinerfeño pide el esférico y no duda en tirar a portería en busca del gol.
Hacer lo mismo que uno hace en la cancha con sus amigos o en juveniles no es fácil y Alberto Moleiro lo está haciendo. El joven jugador tinerfeño lo intenta en cada partido que ha jugado y este sábado le llegó el premio del gol contra el Ibiza.
A pesar de que aún no es mayor de edad, el canterano amarillo lo parece. No se esconde ni da esos pases horizontales que no llegan a ningún lado ni mejoran la jugada. Cuando el balón pasa por él, intenta que pasen cosas en un fútbol con miedo a perder el balón. El mismo desparpajo que mostraba cuando jugaba en el División de Honor o en Las Palmas C, lo hace en el Estadio de Gran Canaria con más de once mil personas en las gradas.
Otra de las cualidades que más han gustado al cuerpo técnico es que no tiene miedo al gol. Lo demostró en pretemporada y lo sigue haciendo en partido oficial. Si tiene la oportunidad, va a probar suerte. Seis goles marcó el año pasado en el División de Honor. Tiene gol y sobre todo, desparpajo para no temer el error. Solo quien arriesga, gana.