El jugador sevillano, lesionado al principio de temporada, contó lo que costó encontrar el problema de su lesión, por lo que tuvo que recurrir a gente de su confianza.
Allá por el mes de septiembre llegó la primera lesión de cierta gravedad a la nueva Unión Deportiva. Raúl Navas, que no se había entrenado durante la semana previa al desplazamiento a Miranda de Ebro, entraba en la convocatoria y jugaba de titular contra el Mirandés. Derrota (4-2) amarilla y se complicaba las molestias del central sevillano.
Nunca hubo parte médico de su lesión y realmente era una incógnita saber qué le pasaba al ’16’ amarillo. Las pruebas descartaban una lesión pero el sevillano sentía una molestias en el isquio derecho que le hizo estar varias semanas sin entrenar. De hecho, tardó un mes en volver. Lo hizo en Almería disputando los últimos viente minutos. A partir de ahí, volvió a ser indiscutible.
Este jueves, en rueda de prensa, le preguntaron sobre su lesión y el diagnóstico, que tardó en dar con lo que le pasaba al sevillano: «Fue una lesión un poco jodida porque no era nada muscular, no salía nada en las pruebas. Al final nos dimos cuenta de que fue un golpe en el glúteo que me hizo un edema que me pinzaba el nervio ciático. Eso era lo que me estaba jodiendo y ni nos dimos cuenta de que venía a causa de un golpe dos semanas antes».
Cuando un jugador se lesiona, los focos mediáticos pasan a otros compañeros mientras que el Raúl Navas persona se dedica a entrenar en solitario, alejado del resto de sus compañeros y en una batalla que incluso también llegó a ser mental: «Cuando no te encuentran nada y ves que te duele, pues la verdad es que te comes un poco la cabeza», explicó el sevillano.
Al igual que otros futbolistas, el central amarillo tomó la decisión de buscar otra opinión y otro punto de vista de su lesión, en este caso, de su fisioterapeuta de confianza: «Yo decidí salir, pero fue un trabajo conjunto entre el Doctor Bolaños, los fisios y mi fisio de confianza. Llegaron y vieron cual era el problema y se solucionó. Estoy agradecido a los servicios médicos y a mi amigo de confianza porque al final se dio con el problema», concluyó Raúl Navas, que de esta manera explicó el mes que estuvo alejado de los terrenos de juegos.