El cancerbero sevillano, que ultima sus últimos meses de contrato en la Unión Deportiva Las Palmas, se encuentra en su mejor estado de forma desde su llegada al primer equipo y sus paradas están siendo claves para el resurgir del equipo grancanario.
El fútbol y la vida cambia de un momento para otro, que se lo digan a la Unión Deportiva Las Palmas, defenestrada hace un mes, y a Álvaro Valles, en el ostracismo más absoluto durante la temporada, con dos excepciones en los partidos de Copa del Rey. En Valladolid, en diciembre, ya demostró que quería aprovechar su oportunidad.
Acumula siete partidos consecutivos como titular y durante este tiempo, se ha convertido en el primer jugador a la hora de sacar el balón con los pies y en el guardián de la portería amarilla: ha dejado cuatro veces la portería amarilla sin encajar gol en estos siete partidos.
El pasado sábado, contra el Amorebieta, volvió a tener una de esas actuaciones que no se valoran en su justa medida porque el aspecto ofensivo siempre tiene más fuerza, pero volvió a salvar a Las Palmas cuando peor lo pasaba y detuvo un mano a mano clave contra Guruzeta que permitió sumar tres puntos a los amarillos.
Con contrato hasta el 30 de junio, la temporada ha cambiado para Álvaro Valles. De estar a punto de salir en invierno rumbo a Estados Unidos, a hacerse con la titularidad de la portería de la Unión Deportiva Las Palmas, donde ya suma 58 partidos oficiales.
