La Unión Deportiva Las Palmas se dejó llevar este sábado en el Estadio ABANCA-Balaídos, donde a pesar de encajar nueve goles y verse superado, fue incapaz de intentar parar el juego por momentos arrollador del Celta de Vigo.
Amor propio. Eso le faltó a la Unión Deportiva Las Palmas en su desplazamiento a Vigo y se está convirtiendo en una tónica habitual en los últimos partidos del representativo, que acumula muy malas sensaciones, cinco derrotas consecutivas y más de dos meses sin conseguir los tres puntos.
El último ejemplo ocurrió en el Estadio ABANCA-Balaídos. A pesar de la ilusión de Juanma Herzog, la realidad dio paso a una tarde oscura a pesar del sol que relucía por tierras gallegas, que dieron un paso de gigante hacia la salvación a costa de una Unión Deportiva que fue incapaz de sacar garra y jugar ese otro fútbol que a veces es necesario.
El Celta de Vigo fue por momentos un equipo arrollador y el equipo amarillo fue incapaz de parar el juego del equipo gallego. A pesar de encajar cuatro goles, la indolencia de Las Palmas fue tal que únicamente cometió nueve faltas durante todo el partido y se fue de Vigo sin ver ni una tarjeta amarilla. Tarde plácida para el Celta.
