Situación límite para Diego Martínez



El técnico gallego se juega parte de su crédito en el trascendental encuentro de este viernes ante el colista, el Real Valladolid. La UD Las Palmas recupera viejos vicios y confirma un efecto rebote que Martínez debe parar en seco.

Siempre se ha dicho que la regularidad es una de las características más importantes en la vida personal y profesional. La UD Las Palmas es un equipo irregular en sus dos últimas temporadas. Parece subida a una montaña rusa cíclica, que le lleva constantemente a variar entre estados de euforia y estados de depresión.

Tras el inicio de campaña de Luis Carrión donde cosechó 3 puntos en 10 jornadas, la UD Las Palmas era un equipo moribundo. Llego Diego Martínez, y con rigurosidad táctica y la suerte de cara, llevó a los amarillos a cosechar 19 puntos entre octubre, noviembre y diciembre, hasta los 23 actuales. Además, cosechando algunos partidos que se guardarán en la la retina de los aficionados, como el 1-2 en Montjuic ante el FC Barcelona.


Ahora, la situación es distinta. Los de Martínez llevan un 2025 para olvidar, confirmando que ahora están en la bajada de la montaña rusa. La situación no es dramática –el equipo está fuera de descenso, aunque empatado a puntos con el Valencia– si bien es enormemente preocupante. La UD Las Palmas es el peor equipo de LaLiga en este 2025. Este viernes se la juega ante el Real Valladolid (20:00 horas, Estadio José Zorrilla).

Martínez ha tenido múltiples bajas e inconvenientes en este inicio de año, si bien las sensaciones –siempre subjetivas– van claramente separadas de los resultados –objetivos–. Con este nivel de puntuación no se alcanzaría la cifra de 38-40 puntos marcada como meta para lograr el objetivo de la permanencia. Sólo vale ganar en Valladolid o llegarán las pesadillas.

El Valladolid, en descomposición tras perder 7-1

El cuadro blanquivioleta, último de la tabla, llegará al encuentro tras recibir un severo colectivo en San Mamés. El Athletic Club le endosó 7 goles y llegan al encuentro ante los amarillos en plena descomposición. Puede ser la última oportunidad para el cuadro pucelano de tener algo de vida, por lo que se espera un partido a cara de perro.