La derrota del Sevilla ante el Celta de Vigo abre una puerta a la esperanza de la UD Las Palmas. El enfrentamiento el próximo martes en el Sánchez Pizjuan será, ya sí, la última bala de la UD Las Palmas, que aún ganando, tendría que esperar un milagro en las siguientes jornadas.
Se abre una puerta a la esperanza para la UD Las Palmas. No por méritos de los amarillos, que han desaprovechado los dos partidos consecutivos que tenían en el Gran Canaria en las dos últimas jornadas, sino por demérito del Sevilla FC. Los de Joaquín Caparrós han caído este sábado por 3-2 ante el Celta de Vigo a pesar de jugar toda la segunda parte con un jugador más. El partido llegó 1-1 al descanso y los de Giráldez consiguieron anotar dos goles en inferioridad numérica.
A la UD Las Palmas solo le queda creer en los milagros. El primero de ellos sería ganar los tres partidos que restan de temporada, algo que parece imposible después de la imagen mostrada por el equipo de Diego Martínez en las dos últimas jornadas. La primera parada será un Sánchez Pizjuán que está harto de una directiva y unos jugadores que están escribiendo una de las páginas más negras de la historia reciente del sevillismo.
De ganar en el Pizjuán, a la UD le quedaría enfrentarse al Leganés en el Gran Canaria y visitar al Espanyol. Los madrileños según se den los resultados podrían llegar recién descendidos a la isla, mientras que el Espanyol llegará previsiblemente en tierra de nadie al último encuentro de la temporada.
Por su parte, al Sevilla tras el encuentro ante la Unión Deportiva le quedaría recibir al Real Madrid, que podría llegar jugándose el título de liga y visitar a un Villarreal que lo normal es que se esté jugando las plazas de acceso a Champions League hasta la última jornada. Un calendario nada sencillo para los sevillanos, que sumado al ambiente de hastío de su afición podrían meterse en un gran lío.
Todo pasará por el Pizjuán el próximo martes (20:30 hora canaria). La última bala de una UD Las Palmas que parece tener los días contados en Primera División. Solo un milagro puede evitar el descenso del equipo que parece muy improbables que pueda encadenar tres resultados positivos. Pero son los deméritos del Sevilla -y no los méritos de la UD- los que abren una puerta a la esperanza.