El jugador amarillo se sincera en una entrevista en ‘El País’, en el que repasa su trayectoria deportiva, sus malos hábitos del inicio y su felicidad actual.
Kevin-Prince Boateng no podrá vestirse de corto este sábado ante el Real Madrid (19:45 horas, emitido por Movistar+ Partidazo y comentado por udlaspalmas.NET y canariasenhora.com), un hecho que no le impide seguir centrando los focos.
El jugador amarillo fue entrevistado por la periodista Eleonora Giovio en El País –durante el sábado fue el artículo más visto de la web del medio–, sincerándose acerca de sus inicios y pronunciando en varias ocasiones distintos halagos a la Unión Deportiva Las Palmas y Gran Canaria.
«¿Qué le gusta de Las Palmas?», pregunta la periodista. «Lo primero, el clima. Despertarse todos los días con este clima te da felicidad, tranquilidad y más ganas de levantarte de la cama. Después la gente, son muy cariñosos, te dan abrazos por la calle. Es como una familia. Encima, jugamos un buen fútbol. Lo único negativo es la distancia de Milán donde está mi familia (su mujer y su hijo de dos años que van y vienen)», indicó Prince, encantado de estar en un club familiar con aspiraciones de crecimiento.
«Era lo que me decían todos: gran familia y grupo fantástico, pero quería comprobarlo. Y así es. Aquí siempre se mira el lado positivo de las cosas, me gusta», indicó en el citado medio.
Prince habló de sus inicios y su pasado. Criado en un humilde barrio de Berlín, el jugador amarillo ve con perspectiva las cosas positivas de la vida. «Ahora que tengo dos hijos [de dos mujeres diferentes] y hago todo para que crezcan felices, sorpresas, pequeñas fiestas, me doy cuenta de lo que no tuve. Para mí era normal ir a comer a casa de amigos porque en la mía no había comida ni dinero; hoy sé que no era normal. Pero no me quejo porque fui feliz y es pasado», expresó.
Sobre la fama y dinero, explicó que su llegada a Londres le debilitó y le hizo alejarse de lo que debería ser un futbolista profesional. «No se gestionan… De repente llegan y tienes que aprender. Y yo tuve que aprender porque no tenía nadie al lado que me enseñara a hacer las cosas. Tiré mucho dinero y luego aprendí que había que ahorrarlo porque el fútbol no es para toda la vida. Es complicado gestionar eso con 20 años. Llegué a Londres (Tottenham), cada mes me entraba dinero y gastaba y gastaba y gastaba. Estaba solo», dijo, indicando que se gastaba el dinero en «coches, ropa, discotecas… Eso hacía. Gastaba dinero en tonterías que me hacían feliz durante un par de horas, luego el efecto terminaba. Me mandaron a la grada, obviamente, dejé de jugar».
Prince desvela cuándo se dio cuenta que aquel no era el camino: «Estuve un año así. Un día me desperté después de un fiestón que había montado, me miré al espejo y dije: ya, se acabó, esto no es lo que quieres, has luchado para llegar hasta aquí y no lo vas a tirar todo. Ya. Me dije que tenía que empezar a portarme como un profesional, comer bien y centrarme en el fútbol», expresó en El País.
El ‘7’ amarillo ha recuperado la felicidad futbolística en Gran Canaria: «Es curioso porque he vuelto a descubrir el amor por el fútbol, el que tenía al principio. Ese amor verdadero que hace que te de igual que juegues o no, simplemente disfrutas del balón. Durante un tiempo lo perdí».
Prince, que expresó que le gustó la forma de entrenar de Jürgen Klopp, también habló en la entrevista de su posición con respecto al racismo, el día que conoció a Mandela y otras historias de su trayectoria en el mundo del fútbol.