Juan Carlos Valerón colgó las botas en el fútbol profesional a los 40 años, en su tierra y con el equipo de su vida en la máxima categoría del fútbol español.
Tras veinte años de carrera y 40 de edad Juan Carlos Valerón se retiraba de los terrenos de juego de forma profesional. Fuera del estereotipo del número 10 como estrella, en la isla de Gran Canaria ese lugar lo ocupa el «21», número del ‘Mago de Arguineguín’.
Años hace que un joven del sur de la isla de Gran Canaria debutaba con la Unión Deportiva, un flaco pero ágil chaval de apellido Valerón empezaba a dar detalles de estrella en el viejo Insular. Poco tardaron grandes equipos en fijarse en Juan Carlos Valerón y finalmente el joven de Arguineguín viajaba para tierras mallorquinas.
Tras un año en el Mallorca, un grande de España ponía sus ojos en El Flaco y llegaba a la capital para enfundarse la rojiblanca del Atlético de Madrid, que mantenía gran parte del grupo que tres años antes le había dado el doblete. Valerón no viviría en el club del Manzanares una etapa muy lúcida, en su segunda temporada el equipo caería al pozo de la segunda división.
En su camino aparecería un equipo especial, que vería los mejores trucos del mago y ocuparía un gran lugar en su corazón, el ‘SúperDepor’. Tardes de gloria con el equipo coruñés como las noches de Champions o La Liga conseguida en el año 2000 consagraron al 21 como el ídolo blanquiazul. Y es que Valerón tampoco abandonó a su Depor en momentos difíciles como los dos descensos. Aún resuena su nombre por las esquinas de Riazor.
Cuando parecía que Valerón llegaba a su fin, todavía le quedaba un sueño por cumplir, un último truco del Mago: ascender y jugar con la UD Las Palmas en Primera División. Una vez conseguida la misión, ‘El Flaco’ viviría su último año en la UD sin mucho protagonismo pero ganándose la ovación y respeto de todos los estadios que pisaba.
Finalmente llegó su último día y con un histórico como el Athletic Club como invitado especial. A los 71 minutos le tocaba despedirse ante un Estadio de Gran Canaria rendido a sus pies, que veía además a los jugadores rivales hacer cola para saludarle en su último acto de servicio en el césped. En 2016 ‘El Mago’ enseñó su último truco.