Alejandro Gálvez aterrizó de pie en la UD al cuajar un partido serio, limpio y con poco fallos. Aunque tuvo un error en una contra valencianista que pudo perjudicar a los de Jémez, el granadino dejó un buen sabor de boca en una posición donde los amarillos han arrastrado problemas durante todo el curso.
Bautismo de buen gusto. Alejandro Gálvez pide paso en la UD de Jémez. El granadino debutó en un día complicado con la camiseta amarilla y ante un rival de notable capacidad ofensiva. Su misión no era sencilla, pero cumplió con creces siendo capaz de ceñirse a un guion muy establecido de lo que tiene que hacer cualquier defensa. Su colocación, su buen hacer con el balón y su concentración le hicieron brillar en su primer día.
De hecho, al jugador cedido por el Eibar se le trajo precisamente como una pieza indispensable dentro del mapa mental que el nuevo inquilino del banquillo amarillo traía consigo y cumplió. Las Palmas atravesaba un problema defensivo importante y Jémez no quiso estar jugando a las casitas; se fue directamente a por un jugador de su entera confianza y Gálvez se la ha devuelto dejando muy buenas sensaciones en su debut.
No obstante, también es cierto que el zaguero cometió un error grave en una contra del Valencia en la que peleó con Zaza, falló a la hora de tomar una decisión y eso pudo haberle costado un tanto a la UD. El nuevo ’20’ amarillo le reclamó al árbitro que el italiano le había hecho falta, llegando incluso a ver una amarilla por protestar, pero la realidad era que el delantero valencianista no cometió ninguna infracción.
A pesar de ello, durante el resto del encuentro Gálvez estuvo seguro tanto con el balón como sin él, mostrándose expeditivo, atento y contundente cuando le tocó. En esos 93 minutos de estreno cometió pocos errores más allá de la jugada con Zaza y demostró estar preparado para ayudar, algo que le puede ayudar a ganarse un puesto en el once habitual de Jémez como ya lo hiciera en el Rayo Vallecano.
Lo que está claro es que Las Palmas necesitaba un central que acompañase a Bigas en la zaga. Ni Ximo ni Lemos, sobre todo éste último, han estado todo lo bien que el equipo necesita y la llegada de Gálvez es un soplo de aire fresco a una demarcación maldita para la UD esta temporada. Paco sabe que esa línea es una de las más afectadas y parece haber encontrado el remedio para intentar acabar con los males defensivos.
Sea como fuere, para Alejandro Gálvez y Paco Jémez es muy sencillo convivir. Ya lo hicieron una vez y ahora pueden volver a hacerlo. El jugador ya ha respondido a la prueba con un buen partido y es el técnico grancanario el que debe decidir si hacerle la proposición o no para convertirse en un parte de su equipo de salvamento para rescatar a Las Palmas. A buen seguro el defensa, como ya hiciera en el Rayo, dará el sí quiero.