La UD Las Palmas se verá las caras con el colista de LaLiga el próximo lunes a partir de las 20:00 horas en el recinto de Siete Palmas en la que será una batalla importante por la supervivencia en Primera División.
Las campanas de guerra no dejan de sonar. La UD Las Palmas sigue bregando para salir de los puestos de descenso y la siguiente batalla es clave. El próximo lunes el Estadio de Gran Canaria abrirá sus puertas para recibir a un Málaga igual de necesitado que los amarillos, una cuestión que convierte el partido en una finalísima para ambos conjuntos.
El vocablo final se ha convertido en una de las palabras más empleadas alrededor de la UD durante los últimos meses. El cuadro insular navega a contracorriente para eludir el descenso y cada partido que pasa la importancia de las jornadas tomas un color especial. Sin embargo, el choque ante los malacitanos es más crucial de lo normal.
Una victoria isleña ante el equipo de José González no sólo serviría como un empujón necesario para seguir soñando con la salvación, sino que se podría dejar un tanto tocado a un rival más que directo. En ese sentido, el Málaga busca con la llegada del entrenador andaluz un golpe de efecto que saldría del Gran Canaria con dudas en caso de derrota.
Eso conlleva que un empate, o lo que es peor, una derrota, se convertiría en otro resbalón para una escuadra, la amarilla, que no puede dejarse puntos en casa ante equipos en su misma situación. Además, la idea de Paco Jémez debería estar más que asentada ya y eso tiene que tener un reflejo positivo en el campo en forma de victorias.
Asimismo, el cerrar la jornada le va a dar al oportunidad a los grancanarios de conocer los resultados del resto de competidores por la permanencia. Esta circunstancia le podría dar la posibilidad a Las Palmas de iniciar el encuentro contra el Málaga con la posibilidad de quedarse a dos puntos de la salvación con 17 fechas por disputarse. Ahí es nada.
Sea como fuere, la UD ya no puede mirar más hacia atrás y debe afrontar cada semana de una manera contundente; ya no vale tropezar y mucho menos en casa. El del Málaga es otra final y Las Palmas lo sabe. La hora de los valientes aprieta y eso lo sabe la plantilla que tiene la misión de seguir convenciendo a su afición con resultados.
