Los amarillos continúan con su caída libre y durante este trayecto hacia la Segunda División se han conseguido unos romper dos registros históricos negativos que inciden en la mala temporada que se ha vivido en la isla.
Calculadora en mano y a llorar. El desastre de la UD Las Palmas se ve en las gradas del Estadio de Gran Canaria, en el césped, en las oficinas y en los números. Durante todo este camino hacia los infiernos de la Segunda División se han roto varios récords negativos que demuestran que esta campaña es para olvidar en muchos sentidos.
Tal como expresaba Pedro Martín, de la Cadena Cope, en la tarde de ayer, los amarillos han batido su récord de derrotas en una temporada en Primera División con 23 y, también, han batido su récord de derrotas en una temporada en Primera División como local con 11. Estos registros databan de las temporada 59/60 y 87/88 respectivamente.
De esta manera, es muy complicado conseguir la permanencia en una campaña en la que la zona baja de la tabla estaba muy barata. No hay más que fijarse en los números de todos los equipos que han estado en esa pelea para darse cuenta de ello, una cuestión que acrecienta aún más los errores cometidos por parte del club amarillo.
