El jugador tinerfeño de la Unión Deportiva Las Palmas, con una amplia sonrisa y mostrando actitud ante la situación, desgranó su día a día y la intención de volver en la pretemporada.
«Estoy bien, ya me dieron la primera sesión y bastante bien, el cuerpo la ha aceptado». Con un mensaje tranquilizador comenzó este miércoles la entrevista de Kirian Rodríguez a los medios del club, donde desveló que ya ha empezado las sesiones de quimioterapia.
Con su optimismo y actitud en la vida, el jugador tinerfeño tiene sus propios plazos como si de otra lesión cualquiera se tratara: «Se supone que mi última sesión de quimio es en torno a la semana del 17 de noviembre. Tienes meses con revisiones para que no quede secuelas, pero si todo sale bien, en enero estaré corriendo detrás de la pelota o por lo menos cerca de ella».
De hecho, Kirian Rodríguez intenta que su día a día siga siendo como siempre: «Yo si puedo me levanto a la misma hora. Desayuno allí con ellos, estoy cercano a ellos, veo el entrenamiento y si me tengo que hacer 45 o 60 minutos en bicicleta pues me los hago», recalcando que a todo le quiere dar «naturalidad».
Todo esto comenzó tras el final de la pasada temporada: «Mi sospecha vino porque no tenía apetito, me daba sudor frío comiendo, el estómago me apretaba mucho … síntomas que, yo que me conozco, no eran normal. Después entrenaba con el equipo y me sentía cansado», desvelando además que «salgo a rueda de prensa el martes y el jueves anterior me habían mandado a casa. El sábado ya me dicen el linfoma que tengo».
A pesar del duro golpe recibido, la sonrisa y el buen humor no desaparecen de Kirian Rodríguez: «Mi actitud es así y no iba a cambiar. Con la sonrisa siempre. Es como lo intento afrontar», explicó el Kirian persona, que aunque se mostró agradecido a la afición que le para por la calle, recuerda que debe tomar especial precaución para que nada le pueda complicar su proceso de recuperación: «Se agradece montón la cercanía, la verdad que los mensajes de la afición, el apoyo ha sido increíble, tanto a mí como a mi familia. Nunca tendré palabras para agradecer como se han portado conmigo».
