Al entrenador García Pimienta hay que darle dos medallas, una como entrenador, y otra como psicólogo. Sus éxitos deportivos no son cuestionables, ascenso a Primera y situado en la parte alta de la División de Honor con una campaña y un juego memorables. Pero además hay que darle un galardón por su labor psicológica para quitarnos complejos.
Nada más tomar las riendas del equipo, se acabó el miedo a la incapacidad de jugar play-off. Y los jugamos. La temporada siguiente nos sanó del trauma de no ganar en la península, acabó con experiencias que perturban nuestro comportamiento, y fuimos el mejor visitante, ni vuelos ni cambios horario fueron excusa para el éxito en el campo.
Subimos de categoría. Seguimos la terapia de Pimienta y nos ha curado de ser equipo que encaja goles fáciles, con una portería que apenas recibe un gol como mucho, con un portero y una defensa que son la admiración de Primera.
Ahora los minutos finales son para nosotros, ya no somos el equipo acomplejado de Primera que sale asustado al campo, vamos a por la pelota, y la queremos, la cuidamos, la distribuimos y sometemos al rival. También sabemos jugar sin ella, sufrir, aguantar serenamente.
Todo eso nos lleva a una situación que no vivíamos desde 1978, se dice pronto. El público también se quita manías de culpar a los árbitros, de criticar nuestro juego, superamos el trastorno de años en Segunda, se acabó la perturbación de derrotas continuadas en la península, acabamos de ganar dos partidos seguidos en el Norte de España.
Nos ha curado también de la obsesión de depender de un jugador estrella como en su día fueron Araujo, Valerón o Viera, también se diluye esa supeditación. En su día se habló de Momo dependencia. Ahora somos un bloque, y cualquiera puede hacerlo bien, nadie es imprescindible, es un sistema, un lenguaje de fútbol, una máquina que no necesita de indispensables y eso nos hace fuertes.
Pimienta nos ha dado soluciones deportivas y de diván. Y estamos haciendo historia. Disfrutando de la mejor UD Las Palmas. Del equipo del siglo. Sin complejos.
por Javier Fernández de Angulo
Editor de la revista Gentleman en México
Ex director de GQ, y subdirector de ELLE y VOGUE en España