El auge del fútbol femenino en España sigue consolidándose, no solo en los estadios, sino también en espacios donde antes solo existía representación masculina. La reciente inclusión de los partidos de la Liga F en la Quiniela supone un paso histórico para el deporte femenino y un cambio estructural en el reparto de los ingresos generados por las apuestas deportivas del Estado.
Después de años de desigualdad en el reparto de ingresos por apuestas, los equipos femeninos recibirán parte de los beneficios generados por esta plataforma estatal. Este avance, conocido ya como la quiniela femenina, refleja la presión constante de asociaciones y jugadoras por alcanzar condiciones más justas dentro y fuera del campo.
Un paso histórico en el fútbol español
La Quiniela, con casi ocho décadas de historia, ha sido uno de los símbolos más tradicionales del fútbol en España. Hasta ahora, su contenido se limitaba exclusivamente a partidos de categorías masculinas, dejando fuera al fútbol femenino. Esta exclusión no era sólo una cuestión simbólica: también implicaba que los beneficios económicos generados por esta herramienta de apuestas no se distribuían entre los equipos de la Liga F.
La campaña liderada por la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), fue clave para lograr este cambio. Desde 2019, se presentaron propuestas legislativas, se celebraron reuniones con grupos parlamentarios y se publicaron estudios que evidenciaban la desigualdad en el reparto de recursos. Finalmente, la Proposición No de Ley aprobada por el Congreso reconoció esta demanda histórica.
Impacto económico y mediático de la quiniela femenina
La entrada de los partidos de la Liga F en la Quiniela implica que los 16 clubes de primera división femenina pasarán a recibir parte de los fondos generados por las apuestas. Esta nueva fuente de ingresos permitirá reforzar estructuras deportivas, mejorar las condiciones salariales de las jugadoras y profesionalizar aún más la competición.
Lidia Marín, experta en gestión deportiva y autora especializada en apuestas para Casinos-Online.es, subraya que este avance “no solo representa un hito simbólico, sino una oportunidad real para consolidar el crecimiento económico del fútbol femenino en España”. Con una mayor dotación de recursos, los clubes podrán reforzar áreas clave como la formación, la recuperación física y su visibilidad en medios y plataformas digitales.
El efecto mediático también es relevante: al incluir partidos de la Liga F en los boletos, la Quiniela se convierte en un escaparate semanal para estas competiciones, lo que se traduce en más presencia en debates, medios deportivos y seguimiento entre los aficionados.
La profesionalización del deporte exige responsabilidad
La normalización de las apuestas deportivas conlleva también una mayor responsabilidad en torno al juego responsable, especialmente ahora que muchas aficionadas y jugadoras jóvenes se suman activamente a esta tendencia. En este contexto, resulta fundamental impulsar el uso de herramientas digitales como las apps de bloqueo de tiempo para promover el juego responsable, que permiten a los usuarios gestionar mejor sus hábitos de ocio y reducir la exposición a contenidos sensibles relacionados con el juego.
Este equilibrio entre visibilidad y prevención es esencial para que el crecimiento del deporte femenino se mantenga saludable y sostenible.
Un calendario exigente y mucho en juego
Mientras los clubes celebran esta victoria simbólica, también deben afrontar los retos de una temporada ajustada. Con partidos cada semana y una creciente exigencia física, los equipos deben mantener el foco partido a partido. La inclusión en la Quiniela no solo aumenta la presión mediática, sino que puede influir en las decisiones técnicas, el rendimiento y las rotaciones. A pesar de ello, la dirección que toma la Liga F es clara: más competitiva, más visible y más valorada.
Una victoria compartida con efecto a largo plazo
El fútbol femenino está dejando de ser una promesa para convertirse en una realidad sólida. La entrada de la Liga F en la Quiniela no es solo un paso hacia la igualdad, sino también una decisión estratégica que beneficiará a clubes, jugadoras y afición.
Como recuerda Lidia Marín, “el verdadero impacto de este tipo de medidas se verá en unos años, cuando tengamos una generación de jugadoras que ha crecido en un entorno más justo y profesional desde el inicio”. Por ahora, la quiniela femenina es una victoria compartida que merece ser celebrada y observada de cerca por quienes apuestan por un futuro más igualitario en el deporte.
