Los romanos celosos del intrusismo militar en la política de la República habían firmado una ley que prohibía el paso de los Generales más acá del río Rubicón, al norte de la península itálica. Cruzarlo suponía cometer una ilegalidad, castigada con dureza. Eso lo sabía Julio César cuando se disponía a vadearlo, consciente que de perder el envite sería acusado de alta traición. Él que tanto había conquistado para Roma. Él que estaba siendo amenazado con ser juzgado por corrupción y conspiración. Y allí en la orilla del margen norte del río Rubicón el líder romano, Gobernador de las Galias, pronunció a sus legiones en el famoso Alea jacta est, la suerte está echada, antes de ir busca de un destino decidido por los dioses. Aleccionando a sus hombres, aleccionado por sus rostros deseos de conseguir lo que creían, la justicia divina.
Pues este sábado se veía esa misma ilusión de aquellas tropas romanas en las caras de los asistentes al estadio. Esa sensación de haber tocado tierra firme. Claro que esto es muy largo, que a pesar de los 20 puntos en las últimas 8 jornadas la locomotora queda lejos aún. Pero la UD ya está aquí, ya subió al tren y esa sensación recorrió los graderíos cuando Thievy abrió el juego para que Nauzet la cruzara al palo largo. Cuando la Naciente coreó a Chrisantus, cuando Momo no perdonó el balón suelto. Era reencontrarse con las aspiraciones reales. Cierto que se pueden recordar otras alegrías a lo largo esta temporada y en cada una de las anteriores, pero eran anecdóticas. Agradables soles de invierno. Esto es distinto.
Las charlas de los grupos de aficionados a la conclusión del partido sonaban a cábalas de pleno derecho, a matemáticas comprensibles por fin. El jolgorio, merecido. El atasco, llevadero. Gracias a una esperanza ganada a base de realidad, no de vacíos contables. Cerrando la portería sin menoscabar el potencial ofensivo, dotando al centro de un discurso adecuado y con ganas de quitarle al rival la herramienta de trabajo, los de Lobera crecieron desde el reconocimiento de sus costuras en el suelo de la categoría. Por eso, en la tarde del sábado tras alcanzar la zona de promoción, la UD cruzó su Rubicón. Las Galias quedan a la espalda. Roma, al frente. Diecisiete jornadas después, comienza la liga.
por Néstor Cebrián
@NestorCebrian
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