Las Palmas logró su victoria más abultada de lo que va de temporada, aunque no exenta de polémica y su ya frecuente dosis de sufrimiento. El lado negativo, consecuencia directa del mal estado del césped, las lesiones de Hernán y Willian José.
Javi Varas (7) Seguro. Partido bastante tranquilo para el sevillano, que más bien tuvo que estar atento al juego para estar rápido a internadas de Peñaranda y balones aéreos. Poco o nada podía hacer para salvar el gol del venezolano, donde el hueco en la izquierda le dejó vendido.
David Simón (6) Contenido. Ya no destaca tanto en ataque como acostumbraba, tal vez por orden del técnico o por mejor vigilancia de los rivales. En defensa tuvo algún despiste perdiendo la espalda que al final no pasaron a mayores. No obstante, creció en la segunda parte y fue uno de los responsables de la expulsión de Biraghi.
Hernán (5) Incómodo. No se le veía especialmente cómodo ni con el césped ni con Peñaranda cerca, aunque no estuvo demasiado tiempo en el campo. Fue uno de los damnificados de mal estado del terreno de juego y salió lesionado.
Garrido (8) Decisivo. Probablemente su mejor partido como amarillo. Se le ve mejor de central que de lateral y hoy tuvo dos cortes absolutamente vitales porque salvó dos goles hechos, uno en cada parte. Tuvo problemas con la potencia de Peñaranda, pero fue decisivo para mantener a la UD por delante.
Dani Castellano (6) Intermitente. Alternó momentos de mucha participación y buenas acciones con otros ya habituales despistes que acaban siendo aprovechados. El gol nazarí llega tras una pérdida de balón suya, pero no hizo mal partido.
Roque (7) Potente. Suele acabar tan fundido que es habitual que sea uno de los sustituidos. Hoy por las lesiones jugó los 90 minutos y acabó exhausto tras darlo todo una vez más. Gran trabajo de contención y salida rápida cuando veía huecos. Entre él y Vicente se comieron el centro del campo nazarí.
Vicente (9) Coloso. Otra exhibición. Cada vez con más jerarquía en el campo y más velocidad de pensamiento. Apenas pierde el balón, lo distribuye con criterio y hace un incansable trabajo junto a Roque en la contención. Además fue el origen del gol de Araujo, encontrando a la perfección a Viera para su genial asistencia.
El Zhar (7) Activo. Dejó atrás sus malas actuaciones ante Espanyol y Real Sociedad en Copa y volvió a ser el que acostumbraba. Rápido en transiciones, participativo en ataque y creando problemas a los zagueros rivales. Le falta tener algo más de calma de cara al arco rival.
Tana (8) Goleador. Se estrena como goleador en Primera con fortuna por tocar en un rival pero no con menos importancia. Abrió la lata y luego todo fue más cómodo para la UD. Participó en varias combinaciones especialmente con Jonathan Viera, aunque en la segunda parte se fue diluyendo.
Jonathan Viera (10) Soberano. Volvió tras su castigo y de qué manera. Fue el mejor del partido y se jugó a lo que quiso. Le hizo la vida imposible a Foulquier, al que superó con facilidad. Dio el primero, hizo arte en el segundo y anotó el penalti de la tranquilidad. Viera sonríe y Las Palmas se gusta.
Willian José (5) Lesionado. Estaba realizando un buen trabajo entre los centrales y jugando como en él es habitual de espaldas a portería. Hasta que se topó con el césped y tuvo que salir lesionado.
David García (7) Solvente. Decía Setién que no sabía cómo estaba de nivel competitivo y probablemente ya no tenga dudas. Salió en frío pero no se notó. Experiencia y jerarquía en defensa con acciones salvadoras. Se la jugó en la acción con Peñaranda en el área.
Araujo (9) Recuperado. Fue suplente por sus molestias pero la lesión le hizo disputar más de una hora, en la que recordó al Araujo de la pasada temporada. Poca participación pero oportuna para batir con buena definición a Andrés Fernández y posteriormente con la recuperación y fortuna para el cuarto gol, en un gesto lanzándose al césped para robar el balón que ya es marca de la casa.
Wakaso (5) Arriesgado. Estuvo alrededor de 10 minutos en el campo y le dio para dejar su sello en el partido, con sus ya habituales cosas buenas y malas. Vio la amarilla de rigor de cada partido tras una discusión con el banquillo rival y se jugó la roja en la acción del penalti, en la que su forma de caer invita a pensar más en el piscinazo que en el posible contacto.