Otra conquista del comandante Roque Mesa

Roque celebra un gol de Willian José / Toño Suárez (udlaspalmas.net)


CONTRACRÓNICA |Cualquier aficionado al fútbol que haya visto a la Unión Deportiva Las Palmas está temporada se habrá fijado en Roque Mesa. Siguiendo la línea lógica de los actos de todo buen seguidor, se habrá informado de su trayectoria para conocerle mejor y a buen seguro que se habrá sorprendido al saber que hace sólo dos años jugaba en el filial amarillo en Segunda División B. Porque la realidad es que el teldense está cuajando una campaña de alto nivel en la máxima categoría y no es de extrañar que su nombre empiece a vincularse a varios clubes importantes del continente. Ante el Getafe volvió a dar una clase magistral de como se ha de dirigir a un equipo.

Con 26 años y asentado como pieza indiscutible en la Unión Deportiva Las Palmas de Quique Setién, el mediocentro ha alcanzado el mejor nivel de su carrera y encadena grandes actuaciones cada vez que comparece sobre el césped. Fue uno de los mejores del combinado insular ante el Fútbol Club Barcelona, resultó determinante en el duelo de Ipurúa y ante el combinado de Fran Escribá en esta noche de martes ha coronado otro enorme partido.

En el nuevo esquema que ha ideado el técnico cántabro, su rol es absolutamente fundamental, ya que sin él se rompe la estructura. Actúa como único pivote por delante de la defensa y con dos interiores por delante de carácter netamente creativo. Así pues, su función es la de iniciar el juego y dividir líneas rivales en ataque al tiempo que también se encarga de estar constantemente pendiente de guardar la posición para evitar contragolpes y robar la pelota.


Se podría pensar que es demasiada actividad para un sólo futbolista pero no parece que lo sea para Roque. Como si tuviese dos pulmones más que los demás actores sobre el campo, el amo y señor de la medular se hartó de distribuir juego y acumular recuperaciones de pelota frente a un Getafe que no pudo hacer frente al dominio amarillo comandado por el de Telde. Roque se encargó de facilitar la salida de balón a sus centrales, acudió a zonas de entre líneas cuando tocaba generar superioridad, realizó coberturas a los laterales y se atrevió a merodear el área contraria. Una performance de diez.

Por si fuese poco su papel preponderante en la zona medular —dio 79 pases y tuvo 94% de acierto, un dato a la altura de muy pocos—, hay que añadirle la polivalencia que posee, que permite al entrenador colocarlo como lateral derecho cuando Bigas se lesiona y David García tiene que pasar al centro de la zaga. El único debe de su encuentro —quizá provocado— fue la amonestación que no le permitirá estar el fin de semana en el enfrentamiento ante el Villarreal, precisamente uno de esos clubes de los cuales se ha hablado como aquellos que ojean al futbolista. Sin él, Setién deberá reorganizar su dispositivo táctico ya que no hay otro futbolista en la plantilla capaz de hacer lo que hace Roque.