Un tanto de Willian José acerca a la UD al sueño de la salvación. Los amarillos, prácticos y contundentes en defensa, no dieron ninguna opción a la Real Sociedad. Willian José, otra vez, goleador. Media permanencia.
Hace varios meses pensar que la Unión Deportiva iba a salir de Gran Canaria y mostrarse solvente sonaba a historia cómica. Ahora, los de Setién se encuentran en un estado de confianza plena. Creen en algo. En estos tiempos de descreídos, de equipos que deambulan e improvisan, es un gran punto a favor.
En Anoeta volvió a mostrarse como en el Sánchez Pizjuán, como en Ipurúa o El Madrigal. Tuvo el balón cuando pudo y se defendió con maestría. Sacó oficio y supo sufrir. Ingredientes imprescindibles para explicar el renacer de la Unión Deportiva Las Palmas que ya alcanza los 33 puntos. Media permanencia en el bolsillo.
Eusebio y Setién, dos entrenadores con la misma querencia, sabían qué antídoto utilizar. Los donostiarras presionaron arriba, impidieron la salida del balón y taponaron a Roque Mesa. Duró la estrategia hasta que el físico de Xabi Prieto, que cubrió individualmente al teldense, empezó a resentirse.
Los primeros minutos la Real estuvo muy seria, con el balón controlado, tratando de encontrar pasillos interiores y generando mucho peligro por las bandas, especialmente por la de Javi Garrido. Por ahí percutía Carlos Vela, que mandó peligrosos centros buscando a Jonathas, todos ellos solventados por una pareja de centrales novedosa, una más. Lemos y Aythami, por arriba, estuvieron soberbios.
Las Palmas, defendiendo con ayudas constantes de Momo y El Zhar a los laterales, fue soltándose. Encontraba espacios por dentro a la contra. Tras superar la primera línea de presión la UD encontraba un latifundio. Viera fue el que más aprovechó esta situación, como viene haciendo habitualmente la UD en los partidos fuera de casa.
El propio Jonathan Viera sería el protagonista en el minuto 11. Iñigo Martínez cometió un claro penalti sobre Aythami. El de La Feria, en su modus operandi de esperar hasta el final, se encontró a un Rulli que no cedió. Le adivinó el sitio y ganó la batalla. Había que seguir remando.
El Zhar tuvo varias opciones en la derecha, pero no se encuentra con fortuna el marroquí, incapaz de anotar en sus apariciones. Su trabajo defensivo es destacado, en ataque no termina de romper. Momo, como en los últimos choques, fue fundamental en el equilibrio y la posesión del esférico.
Una jugada combinada terminó con un libre indirecto dentro del área. Esta vez sí Willian José, el killer amarillo, pidió el balón. Viera tocó suavemente y el brasileño fusiló a un palo. Entró con fortuna. Pero entró. Las Palmas ganaba sin hacer una gran primera mitad en Anoeta. El Zhar, en el 45, tuvo otra clarísima para aumentar la renta. Quedaba mucha tela que cortar.

Sufrimiento y oficio
Los grancanarios, que siempre que se adelanta termina ganado el encuentro, tenían claro su cometido. Le pasó en Ipurua y en El Madrigal, tenía que copiar esos ensayos exitosos. Balón cuando fuera posible, líneas juntas y buscando contragolpes. En ocasiones el rival te exige tanto que es imposible proponer otra cosa.
La UD volvió a saber sufrir, sacó el mono de trabajo, corrió como si no hubiera mañana y obtuvo premio a su incansable trabajo. El medio del campo con Tana, Roque y Viera hizo kilómetros, Willian se vació y los jugadores de banda continuaban sus ayudas a los laterales. La UD, armoniosa y segura, fue superando las envestidas de los de Eusebio.
Únicamente una intervención de mérito tuvo que hacer Javi Varas, a un disparo del habilidoso Oyarzabal que despejó en una plástica estirada. El resto de argumentos ofensivos de la Real se limitaron a centros laterales. Siempre encontraron el potente juego aéreo de Aythami y Lemos.
Los amarillos tuvieron muchos metros para correr cuando recuperaban. Y oportunidades para matar el choque. Falló el último pase, en una UD más centrada en fortalecer el medio del campo que en adelantar líneas. Había que guardar la ropa. Entró Montoro para recuperar efectivos en el medio con la entrada de Zurutuza. Los de Setién supieron sacar adelante el trabajo de forma aseada.
Al final, la Unión Deportiva volvió a levantar los brazos. Un gesto que últimamente se repite de forma habitual. Los amarillos ven la permanencia más cerca con una idea clara y consistencia defensiva. Que siga.
Real Sociedad 0-1 Unión Deportiva Las Palmas
Real Sociedad: Rulli, Illarra, Iñigo, Xabi Prieto (Zurutuza, min. 61), Carlos Vela, Pardo (Granero, min. 76), Yuri, Jonathas, Diego Reyes, Oyarzábal y Elustondo (Carlos Martínez, min. 72). Entrenador: Eusebio Sacristán.
Unión Deportiva Las Palmas: Varas; David García, Lemos, Aythami, Garrido; Roque Mesa; El Zhar (Nili, min. 74), Tana (Montoro, min. 78), Viera, Momo (Dani Castellano, min. 86); Willian José. Entrenador: Quique Setién.
Goles: 0-1, Willian José, min. 38.
Árbitro: Mateu Lahoz, comité valenciano. Amonestó a los locales Illarramendi, Elustondo, Zurutuza e Iñigo Martínez; y a los visitantes Garrido, David García, Lemos, Tana y Roque.
Incidencias: 18.952 espectadores en Anoeta. 30ª jornada de Primera División.