El apasionamiento tiene estas cosas, que nos ponemos un poco histéricos, nos entran las palpitaciones y estamos corriendo como pájaros sin nidar o tecleando desesperados como aquel niño alemán que golpeaba su PC sin piedad.
Por lo general los futbolistas buenos piden más dinero, si no les das dinero no van a venir salvo que encuentres un mirlo blanco en horas bajas como lo estuvo Araujo o alguien que tenga algún tipo de apego al club sumado a que su mejor momento fue aquí como Jonathan Viera, y como podría ser el caso de Thievy.
Lo que ocurre con Thievy es que tiene muchas pretendientes: Granada, Betis, Locomotiv, un club francés que no recuerdo ahora y el Depor que se ha sumado pero lo quiere cedido, igual que el Almería. Así que salvo sorpresa hay que olvidarse de él. De estar en su lugar yo elegiría el lugar donde se encuentre feliz ya que la felicidad lleva a jugar bien y jugar bien hace que aumente su valor.
No vendería a Araujo ni harto de vino, ese jugador va a valer mucho más dentro de un año y sería clave para la UD en Primera. De venderse la oferta debería ser acojonante, que no se pudiera rechazar, si la cláusula de rescisión son 60 kilos no aceptaría menos de 30. A determinados niveles sobra la pasta y quien quiera peces (o Araujos) que se moje el culo.
Respecto a Valerón, nada que añadir, es una decisión personal, hoy en día aporta más el flaco a la UD que a la inversa, por cuestiones no sólo futbolísticas sino empresariales e intangibles como, aparte de su aportación a la estabilidad del vestuario y mejora del rendimiento de los demás, la respetabilidad y reconocimiento que le hacen tanta falta a la UD después de tantos años fuera de la élite. El fútbol es algo más que 22 tíos corriendo y ese algo más en el caso de la UD lo da Valerón.