¡Alto!
La medida afecta a cuatro países de Sudamérica. En principio es sólo para selecciones.

El Hernando Siles de La Paz (3.600), factor clave en la clasificación de Bolivia al Mundial 94.
En Zurich, ayer se le dio el puntapié inicial a varios días de sesión del Comité Ejecutivo de la FIFA, que le pondrá el moño a decisiones conocidas, como la reelección del presidente Joseph Blatter o la incorporación al organismo del Franz Beckenbauer. Lo no tan sabido, justamente, era que desde Suiza se arrojaría una bomba con destino a Sudamérica.
"Por razones médicas y para proteger la salud de los jugadores, se resolvió que no se jugarán más partidos internacionales a una altura superior a los 2.500 metros", afirmó un comunicado oficial de la FIFA. Si bien el textual dice "partidos internacionales", por lo que pudo averiguar Olé, en un principio la medida afecta a selecciones y no a clubes. Según Markus Siegler, director de comunicación de FIFA, "la medida vale a partir de ahora y, en consecuencia, para las Eliminatorias al Mundial 2010". Y aclaró, por si acaso: "La decisión fue tomada en el congreso de la FIFA y no corre riesgo de ser cancelada". Consultado por este diario, Julio Grondona, que hoy viaja rumbo a Zurich, comentó: "No voy a emitir ninguna opinión porque no participé de esa reunión".
La onda expansiva sucumbe a cuatro países de la Conmebol, que de cara a las Eliminatorias tenían como sede principal a estadios ubicados a más de 2.500 metros de altura. Bolivia, quizás el más perjudicado, sólo había presentado al Hernando Siles de La Paz (3.600), un escenario que albergó la primera derrota de Brasil (2-0) en Eliminatorias y que lo ayudó a conseguir la histórica clasificación al Mundial 94. Otro muy afectado es Perú, que había planeado ser local en Cusco (3.400). En tanto que a Ecuador se le caen Quito (2.850) y Riobamba (2.750), y Colombia deberá salir de Bogotá (2.650).
Ya en junio de 1996, la FIFA trató la posible prohibición de partidos a más de 3.000 metros de altura, pero entonces Bolivia encontró aliados para boicotear la propuesta. Casualmente, uno de ellos era Blatter...
ni un muerto en la altura
JORGE ARANCIBIA. Diario El Deber, de Bolivia.
Los dirigentes bolivianos nunca debieron descuidar un tema tan importante como es defender la localía en La Paz. Sin embargo, se cruzaron de brazos y eso cuesta caro cuando están Brasil y Argentina entre los interesados por sacar a Bolivia de la altura. Es obvio que esta medida afectará la chance de llegar al Mundial. Pero algo no se entiende en la justificación de la FIFA: proclama el cuidado del jugador, y todos los casos de muertes en el campo fueron al nivel del mar.
Un duro golpe a las ilusiones
JULIO AVALOS. Diario El Bocón, de Perú.
La búsqueda del DT peruano persiguió una exigencia: que el elegido acepte ser local en los 3.400 metros de altura de Cusco. Oblitas se negó y el cargo le quedó a Uribe, que ya descontaba triunfos ante Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, los que debían ir a la casa del Cienciano. Ahora, con esta medida, se trastocan los planes y como alternativa surge trasladar la sede a Arequipa, aunque esos 2.400 metros no serán obstáculo para la potencias.
El destino es Barranquilla
FABIAN MAURICIO ROZO. Diario Deportivo, Colombia
La intención del DT Pinto era jugar la mayor parte de las Eliminatorias en Bogotá. De hecho, el debut ante Brasil ya estaba programado ahí y a los jugadores se les había realizado pruebas de resistencia en Fusagasugá, una ciudad de altura intermedia (1.800 metros). Ahora habrá que apostarle todo a Barranquilla, que se ampara en el calor y la humedad. Vaya paradoja, las últimas tres clasificaciones a mundiales (90, 94 y 98) se jugaron íntegramente allí.
El triunfo de los intereses
TITO ROSALES. Diario El Comercio, Ecuador.
Existen varios interesados en que no se juegue más en la altura. Lo que empezó por una estrategia mediática encabezada por Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, hoy es una realidad que afecta a Ecuador. Si bien la selección ya tiene una identidad de juego marcada, no hay que negar que la altura funciona como aliada. Con participaciones en los últimos dos mundiales, Ecuador se ganó un nombre y deberá luchar para sostener a Quito como sede.


