EL POST DE COLUMNISTAS, ARTÍCULOS DE OPINIÓN

Todo lo que no tenga que ver con la Unión Deportiva Las Palmas en esta sección. Recordamos que existe una sección de OFF-TOPIC de Deportes para hablar de cualquier modalidad deportiva; y un OFF-TOPIC de Política
Avatar de Usuario
Amarilla
Presidente del Club
Presidente del Club
Mensajes: 10776
Registrado: Sab Ene 01, 2005 10:32 pm
Ubicación: Estadio Insular Forever

Mensaje por Amarilla »

Cosas que hacer
Montserrat Domínguez


Cosas que hacer el jueves por la tarde, si no vas a ver el partido: -Si estás en Moscú, aprovecha para visitar la momia de Lenin en su mausoleo: no habrá colas.

-Estés donde estés, prueba en ese restaurante en el que nunca se consigue mesa, incluso en El Bulli de Adrià: quizá te ahorres un año de lista de espera.

-Si estás en Barcelona, acude a la presentación del último libro de Juan Cruz, Muchas veces me pediste que te contara esos años. Sus editores han demostrado una muy frágil confianza en los Once de Aragonés.

-Si estás en el Gobierno, aprovecha el jueves por la tarde para reconocer que hay crisis económica y anunciar una subida de las tarifas de la luz de un 28%.

-Si estás en la oposición, aprovecha para confirmar en un comunicado la baja de Aznar del PP.

-Si eres directivo de una cadena que no es Cuatro -los penaltis con Italia tuvieron un 80 % de share-, puedes hacer vudú contra la selección, a ver si la Eurocopa se acaba de una vez.

-Si estás en Madrid, puedes ir al Teatro RealaverEl Barbero de Sevilla, al concierto de Juanes, o al GalileoGalilei a reírte con Faemino y Cansado. No había entradas (hasta ayer).

-Si eres un inmigrante sin papeles y no te importa que te internen hasta 18 meses en un centro de la UE, intenta atravesar la frontera de Melilla a mogollón, a ver si hay suerte y pillas a los de la Benemérita despistados.

-Si eres una pringada como yo, esas horas mágicas te pillarán en un aeropuerto, sin chicha y sin limoná. ¡Porca miseria!
Avatar de Usuario
Amarilla
Presidente del Club
Presidente del Club
Mensajes: 10776
Registrado: Sab Ene 01, 2005 10:32 pm
Ubicación: Estadio Insular Forever

Mensaje por Amarilla »

Normalidad en Barajas
JUAN JOSÉ MILLÁS


Un compañero de motín, en Barajas, me hizo una revelación sorprendente:
-Este aeropuerto se construyó con una mentalidad bélica. Está en una hondonada, y junto al río, para beneficiarse de la niebla, que es el mejor camuflaje natural.
-¿Me está usted diciendo que se trata de un aeropuerto clandestino?
-En cierto modo, sí. Está hecho para que no se vea desde el aire durante parte del invierno.
-Pero esa situación es un disparate para un aeropuerto civil.
-¿Y quién le asegura que es usted un civil? -dijo con una carcajada.
Por primera vez tuve miedo de que nos militarizaran. En mi juventud había oído hablar de esa posibilidad fantástica. Llegaba alguien con cuatro estrellas en el hombro, te tocaba con una varita mágica inversa y quedabas convertido en un cabo primera.
Miré a mi alrededor y vi a cientos de pasajeros dando gritos frente a los mostradores de facturación, donde los empleados de las compañías habían comenzado a batirse en retirada. Busqué, para aferrarme a algo real, la torre de la iglesia de Barajas, pero al otro lado no se veía más que una gasa blancuzca que se tensaba en algunos puntos, como presionada por un muñón de oscuridad.
-Niebla de puré de guisantes - le oí decir a mi informador-. Es la peor para aterrizar y despegar, pero desde el punto de vista del camuflaje resulta perfecta.
-Pero nosotros no nos queremos camuflar -dije yo-. Nosotros queremos viajar.
-¿Se atreve a despreciar las ventajas de un aeropuerto invisible? ¿Se imagina que ahora mismo tuviéramos que tapar los aviones con follaje?
En esto, avanzó hacia nosotros un grupo de guardias civiles en perfecta formación y yo huí hacia la terminal 3 por miedo a ser militarizado. Ni en mis peores pesadillas se me había ocurrido tal posibilidad. Una señora llena de niños, de bolsas y de dificultades respiratorias corría junto a mí. Me dijo llorando que había perdido a su marido.
-Yo no soy -le dije aterrado. Sólo faltaba que además de hacerme cabo me convirtieran en padre de familia numerosa.
-Ya sé que no es usted, idiota. Se lo digo para que me eche una mano con los niños.
Cuando me disponía a cargar con uno de los pequeños pasó por encima de nosotros un grupo de 50 o 60 pasajeros, entre los que desapareció la señora con las bolsas y la prole. Por lo visto habían anunciado la salida de un vuelo, de cualquier vuelo. La gente había dejado de mostrarse selectiva. Unas horas antes pretendía volar a Ibiza, a Valencia, a Málaga¼ Ahora sólo quería salir de aquel aeropuerto infernal a cualquier precio. Quizá tenían miedo de que la niebla se levantara de repente y fuéramos bombardeados por el enemigo. ¿Qué enemigo?, me dije. Entonces apareció dentro de mi cabeza el rostro de Arias?Salgado y comprendí que con un individuo así todo era posible. Después de todo, continuaba construyendo pistas como un loco en un aeropuerto condenado a permanecer oculto bajo la niebla durante buena parte del invierno.
Estaba recuperando mis pertenencias, esparcidas por el suelo, cuando se me acercó un individuo con expresión clandestina y me ofreció cinco tarjetas de embarque de reventa.
-¿Está usted loco? -le dije-. Esto no es el fútbol.
-Usted verá, pero por un precio de risa podría volar a Londres o a Estocolmo, desde donde hay aviones seguros a Málaga, Valencia, o Nueva York. Esto se va a convertir en seguida en una ratonera.
Militarización, estraperlo, colas, caos, gritos, guerra civil¼ Todo aquello de lo que venía huyendo históricamente este país se reproducía de súbito en el aeropuerto de Barajas. Abandoné espantado mis bultos, busqué la salida, cogí un taxi al vuelo y regresé a casa hecho polvo.
Mientras me alejaba del escenario de guerra, volví la cabeza y contemplé atónito las luces de aquel aeropuerto clandestino, secreto, en cierto modo inexistente. Esa noche, en Hora 25, leyeron un parte de AENA, según el cual, si no habían salido más vuelos era porque las tripulaciones o las aeronaves, al contrario del aeropuerto, no estaban preparadas. La situación era perfectamente normal. Entonces, ¿qué me pasaba a mí? ¿Por qué tenía aquel cuadro de angustia?
Avatar de Usuario
bylY
Administrador concursal
Administrador concursal
Mensajes: 5929
Registrado: Lun Oct 09, 2006 5:25 pm
Ubicación: Con Periquín de Arucas

Mensaje por bylY »

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
bylY
Administrador concursal
Administrador concursal
Mensajes: 5929
Registrado: Lun Oct 09, 2006 5:25 pm
Ubicación: Con Periquín de Arucas

Mensaje por bylY »

LAS CANTERAS ANCESTRAL
JUAN JOSÉ JIMÉNEZ

Reportan las crónicas que de Las Canteras se han tenido que sacar 24 toneladas de porquería tras la celebración de San Juan. Son las fiestas de San Juan algo esotérico que se enmarca en lo que se ha venido a llamar de un tiempo a esta parte como una cosa ancestral.

Bajo el epígrafe de la tradición y de lo ancestral se están produciendo varios cataclismos evolutivos. Por ejemplo la acampada, que hace 30 años practicaba el sector más aventurero de la población con las casetas que sobraron de la OJE y que plantaban en Güi-Güi o en alguna playa del semidesértico sur. Era algo excepcional, realmente, y el avituallamiento se reducía a una butsir, el peor caldero materno, unas latas de carne a la argentina, papas y una poca de arroz.

Cierto que el cuadro era muy ancestral. Una playa solitaria, un fuego de campamento y a la guitarra el tema En Pelota nací yoooo, en Pelota quiero viviiiir... (No se alarme. Pelota es un pueblo boliviano del departamento de Pando).

Luego se generalizó esta práctica hasta el punto que ya no tenía la más mínima gracia irse al quinto pino para encontrarse con una metrópolis de casetas. Peor aún se puso cuando con la bajada del tipo de interés el número de caravanas que ruedan en Gran Canaria puestas en línea recta superó al número de kilómetros de litoral disponible. Costas quiere poner orden, pero se le dice que ah, que eso es una cosa ancestral, como si la caravana y el baño químico datasen del paleolítico tardío.

Pues algo de lo mismo pasa con San Juan, lo esotérico y Las Canteras. Lo que empezó con un membrillo en la marea y la quema de unos trastos ha culminado, por una retroalimentación de mitos falsos y estrambóticas leyendas en las que se mezcla el santiguado con el pino-puente, en un picnic masivo en el que por el momento sólo falta acudir a la arena con el depilador eléctrico y el microondas, (todo se andará), lo que dicho sin paños calientes constituye un rotundo desprecio que no merece ni ésta ni ninguna otra playa.

Y de hecho lo único de verdad primitivo de esta 'fiesta' son las imágenes que reproducen pastuños XXL, afluentes de meados e inmundicias a toneladas, ofreciendo un paisaje tan cochino y ancestral como el que dejaron los primeros homínidos antes de que cogieran fundamento.
Última edición por bylY el Jue Jun 26, 2008 12:28 pm, editado 1 vez en total.
Avatar de Usuario
bylY
Administrador concursal
Administrador concursal
Mensajes: 5929
Registrado: Lun Oct 09, 2006 5:25 pm
Ubicación: Con Periquín de Arucas

Mensaje por bylY »

Sin papeles
Teodoro Santana

Compasión: compartir la desgracia ajena, sentirla, dolerse de ella. Imagínese que es usted africano. No es difícil ¿verdad? Imagínese que su país es muy pobre porque, durante siglos, ha sido saqueado por una o varias potencias europeas. Imagínese que hoy esas potencias compran la producción de su país a precios ridículos. Y que gracias a ello los ciudadanos occidentales tienen ropa barata, comen chocolate todos los días, queman gasolina, viven a cuerpo de rey.
Imagínese que, para que ellos disfruten de esos lujos, sus paisanos deben vivir en la más absoluta miseria. Imagínese que cada vez que su gente ha intentado cambiar las cosas, los países occidentales han intervenido política y militarmente para imponerles un dictadorzuelo que les permita seguir expoliándoles. Que las multinacionales organizan guerras tribales para disputarse sus materias primas.

Imagínese que, encima, esos países occidentales les imponen créditos para comprar los productos de ellos a precios exorbitantes. Y que esa deuda tiene unos intereses tan abusivos que nunca podrán ser pagados. Que siempre van a más.

Imagínese que su familia se muere de hambre. Que no tiene ropa, ni medicinas, ni escuelas, ni hospitales. Que, desesperado, usted se juega la vida por llegar a donde hay comida, aunque sea trabajando de esclavo. En labores que los occidentales no quieren. Cobrando salarios misérrimos. Y que si consigue sobrevivir, se le niegue en esos países el pan y la sal. Que lo insulten, que lo detengan, que lo apaleen.

Imagínese que no le den papeles que le permitan trabajar, condenándolo a la prostitución o a la delincuencia. Que lo detienen sin cargos durante año y medio, encerrado en un campo de concentración dentro del cual no se sabe lo que pasa; sin derecho a la defensa, sin habeas corpus.

Imagínese que los mismos propietarios que sacan a pasear a sus bien alimentados perros, para que dejen sus deposiciones en parques y aceras, arman un escándalo porque la presencia de usted ensucia presuntamente las calles. Que a la primera lo deportan, aunque volver a su país sea una condena a muerte cierta.

Imagínese que a esos occidentales no les gusta su color de piel, o su acento, o sus narices. Imagínese que esos analfabestias pretenden que usted no existe. Que no quieren ni rozarlo. Y que para usted no hay libertad de circulación, ni derechos humanos, ni nada.

¡Ah! ¿Qué no puede imaginárselo? ¿Qué a usted nunca le van a pasar esas cosas, porque tiene otro color de piel o cierto carné de identidad? ¿Qué usted no es judío? Qué le vamos a hacer: yo sí que soy africano, negro, inmigrante, latino, pobre.
Avatar de Usuario
Amarilla
Presidente del Club
Presidente del Club
Mensajes: 10776
Registrado: Sab Ene 01, 2005 10:32 pm
Ubicación: Estadio Insular Forever

Mensaje por Amarilla »

El burdel
JUAN JOSÉ MILLÁS


Ser decente es una lata. Implica creer en la dignidad del ser humano y todo eso. Hay cosas (explotar a un semejante, por ejemplo) que una persona honorable no puede permitirse. ¿Pero a quién no le apetece echar de cuando en cuando una cana al aire? Los padres de familia tradicionales (ejemplares, por lo general) tenían para desahogarse el burdel, donde azotaban el culo de las chicas o pedían a las chicas que azotaran el suyo. ¿Por qué no hay burdeles para que las personas virtuosas descansen de su ejemplaridad? Pues sí los hay: ahí está el Parlamento Europeo, donde llegas un día agobiado por las obligaciones morales características de un político honesto, y te puedes permitir el lujo de votar una jornada laboral de 60 horas semanales. Sesenta horas semanales de trabajo son una perversión, como practicar el sexo con correas y lavativas. Equivalen a 12 horas diarias, sin contar los desplazamientos. Porno duro, en fin. ¿Pero a quién no le apetece de vez en cuando despendolarse un poco? ¿Quién no alberga en el fondo de su alma fantasías sadomasoquistas? Pues ahí está el Parlamento Europeo para dar salida a todas estas necesidades. Pongamos que usted, pese a ser un individuo cabal, ha soñado en alguna ocasión con tener en un sótano a un niño, jugar con él durante equis meses y luego abandonarlo en cualquier país. Pues eso lo puede votar ahora mismo en el Parlamento Europeo. Y quien dice un niño dice un hombre hecho y derecho. Coger a un negro, qué maravilla, y encerrarlo una temporada por hambriento, para que aprenda, sin consecuencias de ninguna clase. El burdel es una institución absolutamente necesaria. Reconocer su existencia significa reconocer el lado oscuro del hombre. Si bien no tenemos nada contra sus clientes, nos gustan las personas que, como Borrell u Obiols, se niegan a utilizar sus servicios.
Avatar de Usuario
Amarilla
Presidente del Club
Presidente del Club
Mensajes: 10776
Registrado: Sab Ene 01, 2005 10:32 pm
Ubicación: Estadio Insular Forever

Mensaje por Amarilla »

Quizá no
JUAN JOSÉ MILLÁS


Se pregunta uno por qué es ético reproducir un hígado e inmoral fabricar un ser humano entero. Y es que en Inglaterra han autorizado los hígados, pero han prohibido a las personas. En el resto de Europa está prohibido todo: las personas y los hígados. En EE.UU. puedes cultivar hígados, pero no puedes financiarlos con fondos públicos. Desde que se descubriera la clonación vamos del todo a las partes y de las partes al todo llenos de dudas éticas y económicas. ¿Será esto más ético que económico o más económico que ético? No les quepa la menor duda de que vencerá lo más económico, no por nada, sino porque no hay ética sin plusvalía. Antes se decía que no había ética sin estética, pero ese debate ya está superado. En cualquier caso, sin hígado no hay nada: ni ética, ni estética, ni plusvalía, así que la clonación de embriones es un hecho.
La idea es que usted tenga en su propia casa un huerto biológico que no ocupe mucho, en el que pueda cultivar órganos de repuesto, por si un día le fallara un riñón, una neurona, una papila gustativa, un entresijo. El paso que han dado en Inglaterra va precisamente en esta dirección. Usted podrá tener debajo de la cama tantos órganos clonados como sea capaz de pagar. Lo que no le permitirán es gozar del conjunto de sí mismo. Es decir, que usted no podrá estar al mismo tiempo debajo de la cama y encima de ella. Queda terminantemente prohibido el doble. ¿Por qué? Por ética, al menos hasta que los números no aconsejen otra estética.
Cabe pensar que habrá gente que pieza a pieza acabe por recomponerse clandestinamente desde los pies a la cabeza. No por ética, ni por estética, ni por economía, sino por puro narcisismo. Éste es el punto que falta por introducir en el debate: el del narcisismo. Finalmente, todo va a depender de eso. Los japoneses están poniendo espejos en el metro para que la gente no se arroje a las vías, pues no dan abasto a recoger cadáveres. Gracias al espejo, el suicida se ve antes de saltar y un impulso narcisista le detiene. Antes de legislar, pues, deberíamos mirarnos al espejo, a ver si vale la pena sacar tantas fotocopias de uno mismo. Quizá no.
Avatar de Usuario
bylY
Administrador concursal
Administrador concursal
Mensajes: 5929
Registrado: Lun Oct 09, 2006 5:25 pm
Ubicación: Con Periquín de Arucas

Mensaje por bylY »

Imagen

Imagen

Imagen

Imagen
Avatar de Usuario
bylY
Administrador concursal
Administrador concursal
Mensajes: 5929
Registrado: Lun Oct 09, 2006 5:25 pm
Ubicación: Con Periquín de Arucas

Mensaje por bylY »


Mohamed Daddach en la Reserva de la Biosfera
Juan García Luján

“Ahora, por fin, siento que estoy fuera de la cárcel”, fue lo primero que dijo Siddi Mohamed Daddach cuando los periodistas noruegos le pusieron delante unos micrófonos en noviembre de 2002. Daddach acababa de llegar a la ciudad de Bergen para recoger el prestigioso Premio Rafto, considerado el Nobel de los Derechos Humanos. Lo primero que pidió fue que lo miraran en un hospital. Daddach sabía que pasar 24 años en las cárceles de Marruecos no era muy sano y sus amigos le aconsejaron que aprovechara su estancia en Noruega para que le hiciesen un reconocimiento médico.

Lo segundo que hizo Daddach en Noruega fue encontrarse con su madre, a la que no veía desde hacía 27 años. La madre de Daddach es una de esas mujeres saharauis que ha sabido resistir al duro castigo que supone que te echen de tu tierra, y ha actuado como Pelagia para defender a su hijo Paul en la novela "La Madre" de Máximo Gorki. Hasta el despacho del Secretario General de la ONU en Nueva York llegaron decenas de cartas escritas por la madre de Daddach desde los campamentos de refugiados de Tinduf, en Argelia, la madre coraje le contaba al dirigente de Naciones Unidas que su hijo estaba en la cárcel por defender la Autodeterminación del pueblo Saharaui aprobada por la ONU y que la injusticia marroquí quería aplicarle una sentencia de condena a muerte. Gracias a la concesión del Premio Rafto, Mohamed Daddach pudo abrazar a su madre en Noruega después de 27 años de separación.

Me hubiera gustado que el propio Mohamed Daddach hoy nos hubiese contado su historia delante de los micrófonos de El Correíllo, pero no pudo ser. El defensor de los derechos humanos no ha podido viajar a Canarias para participar este viernes en las jornadas organizadas por la Asociación Internacional de Juristas por el Sáhara. Los organizadores hicieron todas las gestiones legales necesarias ante las autoridades españolas para que Daddach viajase con sus documentos hasta Canarias. Presentaron todos los papeles que les pidieron en tiempo y forma porque sabían que podrían tener problemas. Pero la respuesta fue NO. Sin más explicación. Podían haberle concedido el permiso, pero no se lo concedieron y punto. Los miembros de la Asociación Canarias de Solidaridad con el Pueblo Saharaui creen que detrás de esta negativa está el deseo de las autoridades españolas de no incomodar a Marruecos. El testimonio de Mohamed Daddach podría haber servido para mostrarnos qué hay detrás de la propaganda del gobierno marroquí que habla del desarrollo de la “democracia” en el Reino de Mohamed VI. Las palabras verdaderas de Mohamed Daddach, considerado el Nelson Mandela norteafricano, estropean la propaganda marroquí y el gobierno de Zapatero no quiere molestar a su aliado en el Magreb.

Después de pasar 24 años en la cárcel Mohamed Daddach no tiene fuerzas para montarse en un cayuco, que es la única alternativa que deja Europa a los miles de africanos que intentan entrar legalmente pero en las embajadas y consulados se les dice que NO sin más explicaciones. Ayer en el Parlamento de Canarias los diputados del PP y Coalición Canaria votaron en contra de la construcción de un Centro de Retención de Extranjeros en Lanzarote, uno de los argumentos fue que la isla es Reserva de la Biosfera. El PSOE los acusó de racista. La historia de Mohamed Daddach retrata a estos tres partidos que, a pesar del teatro político, siempre han defendido la misma política de Extranjería. Siguiendo el discurso de los parlamentarios canarios supongo que deberíamos hacer una fiesta porque gracias a las autoridades españolas hoy tenemos a un africano menos en nuestra Reserva de la Biosfera. ¡Qué asco me dan!
Es una verguenza que no se le deje la entrar a este señor, mejor dejar a miles de terroristas y extorsionadores vestidos de traje y corbata, llamados políticos que juegan con la dignidad de los pueblos. Simplemente lamentable.
Avatar de Usuario
Amarilla
Presidente del Club
Presidente del Club
Mensajes: 10776
Registrado: Sab Ene 01, 2005 10:32 pm
Ubicación: Estadio Insular Forever

Mensaje por Amarilla »

El miedo a la dicha
JUAN JOSÉ MILLÁS


Mi madre estaba todo el día de un humor de perros que achacaba a esto o a lo otro, cuando lo cierto es que la única razón de su estado era el mal humor mismo, no sé si me explico. Con los años, he comprendido que uno hace primero las cosas porque sí, porque se lo pide el cuerpo, y luego las justifica para proporcionar y proporcionarse la impresión de que dirigimos nuestras vidas. Uno no quiere, por ejemplo, ser secretario general de la OTAN por coherencia con sus ideas. Uno quiere ser eso porque le gusta el uniforme o encuentra placer en bombardear, y más tarde se fabrica un discurso humanitario para aparentar que han sido las ideas las que le han arrastrado al generalato y no al revés.
Mi madre tenía muchos motivos para ser desgraciada, pero nada le ponía de tan mal humor como las buenas noticias. Frente a las buenas noticias se desesperaba porque le quitaban momentáneamente los motivos para la desdicha. No obstante, su capacidad de reacción era enorme. A las dos horas de que le tocara la lotería o de que mi padre le comunicara que acababan de subirle el sueldo, ella encontraba alguna razón de peso para hundirse en la miseria. No recuerdo haberla visto feliz durante más de media hora seguida. Treinta minutos era lo máximo que podía resistir en brazos de la dicha. A partir del segundo siguiente ocurría indefectiblemente una desgracia real o imaginaria que le hacía regresar a cien por hora a su mal humor habitual. Yo creo que era muy supersticiosa y que estaba convencida de que la felicidad producía cáncer.
-¿Te acuerdas de ese primo de tu padre que estaba siempre tan contento? -te preguntaba de repente al entrar en casa.
-¿El que aprobó las oposiciones a Correos la semana pasada? -respondías temiéndote lo peor.
-El mismo. Pues le ha dado una trombosis y está paralítico de medio lado.
Con lo cual crecí con un pánico enorme al buen humor. El buen humor, en mi caso, ha sido una conquista moral lograda en contra de las convicciones más profundas de mi madre. Todavía no sé cómo lo he conseguido sin padecer un infarto cerebral o una úlcera de estómago. En cualquier caso, a veces todavía me da culpa sentirme bien, por lo que procuro disimularlo para no atraer desgracias innecesarias.
Lo malo, no obstante, del mal carácter de mi madre es que cuando sucedía una desgracia de verdad no sabía la pobre cómo comportarse para que nos creyéramos que estaba realmente afectada. Entonces se reía, aunque intentaba hacerlo con una risa histérica, como la que había visto en las películas. O sea, que el día que entraba yo en casa y veía a mi madre riéndose, me echaba a temblar porque eso significaba que se había muerto alguien o nos habíamos arruinado definitivamente. Y todavía hay gente que me pregunta por qué me hice escritor.
Avatar de Usuario
Amarilla
Presidente del Club
Presidente del Club
Mensajes: 10776
Registrado: Sab Ene 01, 2005 10:32 pm
Ubicación: Estadio Insular Forever

Mensaje por Amarilla »

La monstruosidad cometida
Juan Cruz


Ya que la Iglesia católica tiene estos días tanto protagonismo, conviene que miremos hacia su historia civil, de la que aún no se ha arrepentido. Apoyó el levantamiento de Franco contra el poder legítimamente constituido, luego desfiló como su sostén espiritual, legitimó --católicamente-- al dictador, haciéndolo desfilar bajo palio, le permitió que nombrara a los obispos, se convirtió en un elemento principal de la represión espiritual de los españoles y contribuyó de manera decisiva a que este país se parara durante al menos cuarenta años.

Muchos de los que abrazaron la fe católica, curas y seglares, se mostraron ajenos a esa ignominia, y algunos de ellos sufrieron la misma represión que sus compatriotas cíviles díscolos. Les pasó entonces mucho más que lo que les pasa ahora a los sacerdotes madrileños de Entrevías, a los que la prensa de ultraderecha, e incluso la que no es de ultraderecha pero que a veces se suma al carro de la ultraderecha, tacha de progres, como si el viejo calificativo ya fuera un estigma, y hace burla de esa iniciativa que a mi me ha parecido fantástica, la de sustituir las hostias por rosquillas.

Estos sacerdotes zaheridos están también en la historia como otros sacerdotes represaliados a lo largo de los decenios en que Franco y la jerarquía católica ocupaban el mismo carro de fuego.

Les conté que me he traído el libro de Julián Casanova República y guerra civil, y ahí viene una perla muy temprana que me resulta como la caja negra de la ignominia franquista, con cuyo sello vive ya para siempre la Iglesia católica hasta que se arrepienta de su irresponsable actitud civil.

Es una carta que el obispo de Tarazona, Isidro Gomá, le enviaba al cardenal de Tarragona Francesc Vidal i Barraquer, el 15 de abril de 1931, unas horas después de que el pueblo decidiera y el Rey asumiera ("no tengo el amor de mi pueblo") que la Monarquía se había consumido.

Sobre esa decisión de raíz popular, el obispo Gomá le decía a su colega de superior rango: "Hemos ya entrado en el vórtice de la tormenta. Soy absolutamente pesimista. No me cabe en la cabeza la monstruosidad cometida. No creo hay ejemplo en la historia, con ser tan copiosa en ejemplos. Que Dios guarde la casa, y paz sobre Israel".

Había estallado la tormenta (en el caso de Gomá, también la tormenta sintáctica) y ellos se aprestaban a echar leña al fuego.

Por cierto, para seguir leyendo: lean ustedes estos días y siempre, a Fernando Savater, y en estos días en que vuelven a caer sobre él tantas ignominias, diviértanse con su humor, siempre pleno y vital, a pesar de las circunstancias. Y si quieren un libro para empezar, o para seguir, lean La vida eterna (Ariel), que explica muy bien por qué a Dios hay que mirarlo desde otro lado, aunque uno sea agnóstico.
Avatar de Usuario
Amarilla
Presidente del Club
Presidente del Club
Mensajes: 10776
Registrado: Sab Ene 01, 2005 10:32 pm
Ubicación: Estadio Insular Forever

Mensaje por Amarilla »

Todos los junios
MARUJA TORRES


En mi infancia y adolescencia, junio era el mejor mes del año. El mes de las procesiones, que contemplábamos desde los balcones y ventanas, y que nos permitían arrojar serpentinas y confetis. Reinventábamos el aire, poblándolo de puntitos y estelas de colores, que entonces eran tan básicos como nuestras diversiones: elementales, esenciales. Los del arco iris, anteriores a Benetton y a las gamas de lilas y de grises y de marrones de que ahora disfrutamos, al menos externamente.

Era también el mes en que preparábamos el nuevo y modesto vestido de verano, que nos serviría para las fiestas. De la compra de petardos, apretujados los chiquillos en comercios que a veces volaban por los aires. De la madera quemada, de los muebles inservibles fundidos en hogueras, de los chavales –y alguna niña– saltando por encima de las chispas y las llamas. Del champán barato y de los primeros bailes en las azoteas. Era el mes de las excursiones en tren hacia los merenderos de la sierra, el mes en que el aroma del puerto se pegaba al sudor de nuestros cuerpos por descorchar. En junio, todas nuestras tardes eran mejores que las de Teresa, aunque eso nunca le interesó al pobre Pijoaparte, y así acabó.

Dice Edith Wharton en la introducción a su autobiografía: “No hay nada parecido a la vejez; tan sólo hay dolor”. Afirmación –o negación– tan categórica puede aterrorizarnos sobre todo a quienes hemos entrado ya en esa etapa, pero la autora de La edad de la inocencia supera la severidad de este primer juicio, atenuándola con el siguiente párrafo, que más bien parece un consejo práctico digno de figurar en un inteligente libro de autoayuda (aunque toda la buena literatura ayuda, y mucho) para la vejez, época en la que “el hábito es necesario; es contra el hábito de crear hábitos, de convertir un sendero en un surco, contra lo que debemos rebelarnos incesantemente quienes pretendemos continuar vivos”.

Envejecer es también perder, eso lo sabemos quienes hemos llegado a este punto del trayecto. Perdemos personas, paisajes, estructuras, refugios. Resulta obvio que también ganamos: experiencia, sabiduría, dolor. Y que cambiaríamos estas magras adquisiciones por disfrutar, aunque fuera unos días, de lo mejor de nuestros verdes años. Dado que ello es imposible porque Fausto es un mito y los liftings un embustero apaño, nos entregamos resignadamente al disfrute apesadumbrado de las conquistas realizadas. Esa serenidad, esa tierna melancolía… Sí, pero ¿ya nada será igual que antes, nunca más? ¿Retroceder para no confiarse y caer en el peor momento? ¿No aventurarse, no arriesgar, gozar sólo de una cómoda calma o de un asiento en el patio trasero? ¿Pertrecharse tras los pequeños hábitos que hemos arado para convertirlos en un surco seco?

Es cierto que ya no queman maderas en nuestras esquinas ni nos arde en el pecho la demente pretensión de inmortalidad que acompaña a la iniciación a la vida. Pero adaptarse a los cambios que nos convienen –que incluso nos convienen mucho–, y hacerlo con alegría, no está en contradicción con la rutina de mantener la nostalgia debida a lo perdido.

Dejadme, pues, que al final de este junio os cuente que durante su transcurso me he entregado a la costumbre de recordar confetis y serpentinas, procesiones, guateques, verbenas y fogatas, excursiones al campo, merenderos, vestidos de percal y sandalias de charol, de tiras de colores como los del confeti, como los del arco iris. Y que también os confíe lo que este junio último me ha ofrecido de nuevo. Me ha dado la constatación de que mis amigos –los que quedan, los nuevos– me quieren y están a mi lado; cinco viajes en avión para acercarme a los que amo, numerosos mensajes electrónicos cariñosos, el cambio de tonada que mi teléfono móvil ha establecido por su cuenta; un divertido anuncio por e-mail (“Update your pennis”: un archivo) y, como siempre, la generosidad de los extraños. El olor a madera quemada de las verbenas de mi infancia, sí, en el recuerdo. Y en el presente, el aroma de los castaños del Retiro.
Avatar de Usuario
Amarilla
Presidente del Club
Presidente del Club
Mensajes: 10776
Registrado: Sab Ene 01, 2005 10:32 pm
Ubicación: Estadio Insular Forever

Mensaje por Amarilla »

Recordar es mentir
ROSA MONTERO


Siempre me ha fascinado el tema de la memoria, quizá porque soy una desmemoriada catastrófica. Estoy constantemente extraviando objetos o traspapelando documentos, y mis gafas son unas criaturas nómadas dotadas de una increíble capacidad de camuflaje. Me paso media vida buscando todo lo que pierdo durante la otra media; y basta que ponga un encendido interés en guardar algo con extremo cuidado para que nunca pueda volver a encontrarlo.

Pero esta desmemoria, la que afecta a las cosas, es la más banal. Mucho peor es no recordar los hechos de tu pasado, y también me sucede. A fin de cuentas, nuestra identidad se basa en la memoria que tenemos de nosotros mismos; si tú quieres explicarle brevemente quién eres a un desconocido, le haces un resumen de tu vida. O, mejor dicho, le haces el relato de lo que tú crees que ha sido tu vida. Porque yo seré especialmente amnésica, desde luego, pero todos los humanos manipulamos nuestros recuerdos, todos nos reinventamos el pasado, todos reescribimos mentalmente nuestra biografía como si se tratara de una novela.

Hace poco lo demostró Hillary Clinton mientras estaba inmersa en su interminable batalla por la presidencia. En las campañas políticas, lo mismo que en los periodos de promoción de un libro, pongo por caso, uno se pasa el día hablando tanto que termina largando infinidad de tonterías. Y una de las bobadas más notorias que soltó Hillary ocurrió cuando contó su viaje a Bosnia como primera dama, en 1996, y dijo que el avión aterrizó en medio de “fuego de francotiradores” y que al bajar del aparato ella y sus colaboradores tuvieron que correr “con las cabezas agachadas para entrar a los vehículos”. Inmediatamente después de estas declaraciones empezaron a aparecer personas que la acompañaron en ese viaje, diciendo que la cosa no había sido así en absoluto (ya se sabe que la política es feroz y siempre hay alguien encantado de poder atizarte). Y por último, en el colmo del bochorno y el ridículo, se publicaron las fotos oficiales de ese viaje, con Hillary recibiendo un ramo de flores de una niña pequeña al pie de la escalerilla del avión, una escena de lo más convencional, primorosa y pacífica.

De modo que no hubo francotiradores, no hubo carreras hasta el coche ni un épico aterrizaje en la ciudad herida por la guerra. “Cometí un error, tenía un recuerdo diferente”, se limitó a decir Hillary con fría sobriedad. Y estoy segura de que tenía razón. Esto es, estoy segura de que no quería engañar a nadie magnificando su pasada heroicidad, sino que su memoria le engañó a ella. Y a juzgar por el colorido y la elocuencia con que contó la patraña, aquel primer viaje a Bosnia debió de quedar transmutado en su cabeza en una especie de película de James Bond. Seguro que Hillary creía recordar todos los detalles, el estallido seco de los disparos, el suelo de hormigón rajado de la pista pasando rápidamente bajo sus ojos mientras corría medio agachada hacia el coche, los gritos de los escoltas, vamos, deprisa, vamos, el frío del aire exterior en las mejillas tras el calor de la cabina del avión. Pues bien, nada de eso era verdad. Y esto, inventar por completo una memoria, es algo de lo más habitual. Me pregunto cuántos de nuestros más vívidos recuerdos, cuántas de esas imágenes esenciales y fundacionales de nuestras pequeñas vidas, de esas escenas que creemos grabadas a fuego en nuestro cerebro, no son más que una pura invención. Una tergiversación total de lo ocurrido, como el aterrizaje de Hillary en Bosnia.

La memoria es un prestidigitador, un mago experto en escamoteos. Recientes estudios publicados en la revista Science han demostrado que hay una zona en el córtex prefrontal que se dedica a eliminar los malos recuerdos. Todos sabíamos ya que, por fortuna, el dolor físico se olvida. Ahora nos dicen que sucede lo mismo con el dolor emocional, y conocemos el lugar del cerebro que se encarga de eso: el cuerpo humano es una máquina asombrosa. Yo creo que no nos limitamos a borrar aquellas remembranzas que nos hacen daño, sino que además las transmutamos en evocaciones felices, en cuentos adecuados para nuestra supervivencia y nuestro alivio. ¿Has probado a intercambiar viejos recuerdos comunes con algún hermano? Seguro que las vivencias son totalmente distintas. Rehacemos constantemente nuestra memoria, que es lo mismo que decir que nos reinventamos cada día; y sin ese derroche de imaginación que convierte el caos y el dolor de nuestra existencia en algo con apariencia de sentido, la vida sería invivible. Puro ruido y furia, como Shakespeare decía.
Qué bueno este artículo!! Me encanta. Hace poco he leido un libro que hablaba de esta teoría. Las personas estamos constantemente cambiando nuestro pasado, nuestros recuerdos, y amoldándolos a lo que nos parece más bueno, o más malo, según se mire. Un hecho que te haya ocurrido a ti y a un hermano o hermana suena totalmente diferente según quién lo verbalice. Y hay una zona del cerebro que se encarga de enmascarar aquellos recuerdos especialmente dolorosos e intensos. Una se sorprende muchísimo cuando, en la consulta de un psicólogo que indaga, aparecen recuerdos que creías no tener. En definitiva, es bien cierto que la memoria es un laberinto. Y gracias.
Avatar de Usuario
Amarilla
Presidente del Club
Presidente del Club
Mensajes: 10776
Registrado: Sab Ene 01, 2005 10:32 pm
Ubicación: Estadio Insular Forever

Mensaje por Amarilla »

Radicales libres
JUAN JOSÉ MILLÁS


A veces me hablan de proyectos para dentro de un año y me digo: qué pereza. Qué pereza tener que atravesar unas Navidades y una Semana Santa y un verano, además de un grupo de festivos que caen en jueves o en martes, para invitar al puente. Qué pereza los lunes y los miércoles y los sábados. No contentos con eso, los científicos continúan empeñados en dar con la fuente de la eterna juventud, de manera que podamos hacer proyectos para el siglo que viene. Qué pereza. Imagínense que se retrasa la edad de jubilación a los 175, y que no nos morimos hasta los 250. Ahora, si no eres un loco de las obras, cambias el baño y la cocina una vez y te aguantan toda la vida. Cuando vivamos dos siglos y medio tendremos que tragarnos siete u ocho obras, quizá diez. Qué horror. Y ahora la gente se compra un coche a los 60 o los 75 años y sabe que con suerte será el último. Dentro de poco, a los 60 se aprenderá a conducir. Qué pereza.
Los hijos se quedarán en casa hasta que tengan 150 o 160. Y no empezarán el instituto hasta los 130. Imagínense lo que es controlar a un chaval de 130 años, con lo difíciles que son los de 14. Cuando vivamos 250 o 300 años, nos meteremos en hipotecas y plazos centenarios. Qué pereza, Dios mío, qué pereza no haber terminado de pagar el piso a los 170 años. ¿Cuántos domingos por la tarde caben por otra parte en tres siglos? Demasiados. Miles de domingos por la tarde llenos de fútbol y de carruseles deportivos y de cerveza amarga. Por favor, aparten de mí este cáliz.
Con todo, lo que peor llevo de las investigaciones sobre la eterna juventud es la nomenclatura. Un equipo de investigadores de la Universidad de Manchester acaba de asegurar que los gusanos viven un 40% más cuando se les administra un fármaco que reduce los "radicales libres". Pero hombre, por Dios, si los radicales libres son la única cosa que nos consuela un poco de todo lo anterior. Quiere decirse, que más vale morir de pie que vivir con pereza. No fastidien.
Avatar de Usuario
Amarilla
Presidente del Club
Presidente del Club
Mensajes: 10776
Registrado: Sab Ene 01, 2005 10:32 pm
Ubicación: Estadio Insular Forever

Mensaje por Amarilla »

Contradicción
Lucía Etxebarria


Yo soy una mujer contradictoria. Ansío una vida estable, pero me enamoro de hombres muy jóvenes. Adoro a Coltrane, pero bailo a Raffaella Carrá. Y podría seguir líneas y líneas...

Lo que me consuela es el haber descubierto que la naturaleza contradictoria me viene en la sangre, pues vivo en un país instalado en la contradicción.

Contradicción en el Código Civil. ¿Quién es español? El nacido en España de padres extranjeros, si la ley del país de origen de los padres le niega la nacionalidad. En la práctica el hijo de padres ecuatorianos nacido en España, es español. El de padres chinos, no.

Contradicción en la Ley de Cine. ¿Qué peli es española? Aquella cuyo director sea español. Una película de una productora española, con financiación cien por cien nacional, donde el cien por cien del equipo fuera español, pero dirigida por Guillermo del Toro, no será española. Pero si esa misma película es una coproducción cinematográfica internacional, donde el 50 % de todo sea extranjero, sí puede tener la nacionalidad española (está que trina, Telecinco).

Contradicción en la publicidad de una cadena de electrodomésticos que se comprometió a devolver a sus clientes el 25 % de lo que pagaron por su televisor si nuestra selección superaba los cuartos de final en la Eurocopa. Ahora les toca devolver 1, 7 millones de euros. La contradicción aquí radica en el eslogan. "Yo no soy tonto". No, sólo estás arruinado.
Responder