CONTRACRÓNICA | “Es una ‘mosca cojonera’, no hay otra forma de decirlo. Se está ganando minutos cada día. Me he podido equivocar con él”. Este fue el reconocimiento público que Paco Herrera, entrenador de la Unión Deportiva Las Palmas, brindó a Asdrúbal Padrón, conquistador con su gol de los tres puntos que devuelven al equipo amarillo a lo más alto de la tabla.
El futbolista de Guanarteme cuajó ante el Celta de Vigo un meritorio partido donde se fajó con la zaga celeste en cada pugna del choque. Y lo hizo desde el centro del ataque. Esta noche ante el Leganés repitió. En el minuto 64, Nauzet Alemán dejó su hueco al ‘9’ amarillo que comenzó su particular partido: jugar cada segundo como si fuese el último.
La garra, el corazón, el coraje y la pelea siempre están presentes. Calificativos que le hicieron ganarse el cariño de la afición la temporada pasada. Pero por encima de todo Asdrúbal representa la fe en sí mismo. Un valor que le ha permitido no caer al fondo de la plantilla, a ser el último recurso de Herrera. Tras muchas semanas fuera de las convocatorias, supo aprovechar sus minutos para hacer cambiar la opinión del entrenador y demostrar que tiene un hueco en esta UD Las Palmas.
Su reivindicación de más minutos tras el partido contra el Celta se saciaron hoy. Cumplió a la perfección con su papel. La trama del partido se había enredado. Él, volvía a ser el protagonista. Como ante el Eibar el pasado curso, en su debut con la UD en el Gran Canaria, donde cuadró un gran disparo para poner el empate en el último minuto. O como ante la SD Ponferradina para colocar el 3-2 en el 89 de juego de la última jornada liguera y poner a la UD en el play off. O como cuando repitió minuto para certificar el pase a la final de la promoción por jugar en Primera División en el mítico Molinón contra el Sporting de Gijón. Un número fetiche, el 89; un minuto al que sólo aspiran los que derrochan fe y fútbol.
