Las Palmas tiró de orgullo para ganar con ocho jugadores sobre el césped

Imagen de uno de los incidentes tras la agresión a Nauzet / Toño Suárez (udlaspalmas.net)

CONTRACRÓNICA | Restaban poco más de quince minutos para que finalizase el tiempo reglamentario cuando la fiesta se apagó en el Estadio de Gran Canaria. La Unión Deportiva Las Palmas había salido al campo en la segunda parte con el cuchillo entre los dientes tras el empate con el que el partido se fue al intermedio y en el primer cuarto de hora del segundo acto cuajó un despliegue excepcional de juego ofensivo que le permitió poner tres goles de diferencia entre ambos contendientes. Nauzet Alemán, Araujo y Roque descuartizaron a un Zaragoza valiente cuya propuesta provocaba que los espacios apareciesen en el terreno maño.

Vencía entonces Las Palmas por cuatro goles a uno y las gradas eran una fiesta. Los aficionados hacían la ola y vitoreaban el buen juego de su equipo. Sin embargo, todo se apagó en un abrir y cerrar de ojos. Nauzet volvía al terreno de juego después de ser atendido y cuando llegó junto a Lolo, el defensor rival cayó de plomo sobre la hierba. Una agresión que el árbitro no dudo en sancionar con roja directa. Fue ahí cuando la locura apareció. Ángel se encaro con el banquillo rival y tras varios altercados sucedidos en esa zona del campo, el de Pozo Izquierdo también se iba a las duchas antes de tiempo. No era el único. Pocos segundos después el juez de la contienda se dirigía a Culio y le mostraba también la cartulina roja en el minuto 74 de partido.

A falta de poco más de quince minutos para llegar al noventa y con tres goles de ventaja en el marcador, Las Palmas tenía ante sí un nuevo escenario en el que le tocaba defender la renta con sólo ocho hombres sobre el terreno de juego. Se caldeó el ambiente y Herrera reaccionó para disponer sobre el verde un nuevo sistema capaz de aguantar el resultado como fuese. Entró Hernán para ser el hombre más adelantado y Christian para cubrir el carril zurdo tras la ausencia de Ángel. Defendía el cuadro insular con cinco defensas y dos centrocampistas, además del guardameta Casto para tirar de heroicidad y épica. Y el equipo lo logró.

Todos se multiplicaron en el esfuerzo para despejar una y otra vez las acometidas del combinado zaragocista. Era inevitable que llegase algún gol pues la superioridad numérica con la que contaba el equipo de Popovic posibilitaba que siempre hubiese tres jugadores libres de marca en posiciones de ataque. Marcó William José y dio esperanzas al Zaragoza de lograr la igualada pero Roque no estaba de acuerdo, él no lo iba a permitir.

El centrocampista teldense se hizo gigante para convertirse en el hombre del partido. Su garra, lucha y entrega sirvió para que apareciese en todos los lugares del campo cuando el equipo sólo tenía ocho efectivos, se incorporó al ataque en una guerra contra el mundo y no cesó de luchar para salvaguardar la ventaja.

Una incorporación suya al ataque en el saque de centro tras el segundo gol de William se convirtió en el quinto tanto para Las Palmas  Una tremenda jugada individual de Hernán terminó con un gol de Roque tras un rechace y provocó la consiguiente locura en los graderios.

El tanto final de William, que anotó un doblete, fue sólo un borrón en un acto de épica del equipo grancanario que supo ser inteligente y sólido en una situación tremendamente adversa, provocada por sus propios futbolistas. Una situación que traerá consecuencias en forma de sanción y que no se debe volver a repetir.











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