Los árbitros son estupendos

Artículo de opinión de Miguel Hernández, director de udlaspalmas.net

Un equipo que domina con superioridad a su rival, que recibe ocho cartulinas sin realizar una entrada brusca, que se ve perjudicado por un penalti ridículo y despojado de la seguridad que supone la imparcialidad en el arbitraje, tiene razones para entrar en una barrena psicológica difícil de superar. Pero ni con esas pueden —por ahora— con esta Unión Deportiva Las Palmas que tendrá que pelear el ascenso ante sus rivales y los elementos externos que le vengan encima.

Cuando un árbitro es protagonista el sentido del mérito y trabajo carecen de importancia. Los entrenamientos de la semana, las horas de preparación para doblegar al contrario en el césped, no sirven de nada. Pum. Por la borda. Son capaces de mirar con esa actitud altiva, frustrar a los amarillos con sus decisiones e incluso llegar a desesperarlos. El ser humano es capaz de aguantar palos, pero díganme qué pasaría si nadie se rebelase contra las injusticias.

El asturiano Areces Franco se lució en Lugo perjudicando claramente a la Unión Deportiva Las Palmas, como ya hizo Piñeiro Crespo ante el Zaragoza o Sureda Cuenca, el colegiado en Mendizorroza. Al líder le miran muchos ojos. Y con lupa con respecto a sus rivales. Hay que denunciar todo tipo de abusos y parcialidades, vengan de donde vengan. Aquí nadie es intocable ni libre a la crítica. Ni siquiera un estamento que se cree la estrella de un espectáculo cuyos únicos dueños son los futbolistas.

Miguel Hernández |
Director de udlaspalmas.net

@mhernandeztwiter_25
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