El calvario de David González Borges parece no tener fin en la Unión Deportiva Las Palmas. Sus inicios de temporada siempre han sido esperanzadores, pero este año, encasillado en la madurez y en la confianza dada por Sergio Kresic, no sólo ha sido titular sino que ha llevado la batuta del equipo. Es el año del Moco.
Sin embargo, su infortuna lesión a los quince minutos –en un balón dividido que luchaba cerca de las inmediaciones del área levantinista- no viene sino a confirmar su ‘mala pata’ en los inicios ligueros. En la mente de los amarillos todavía persiste su lesión de rodilla en el primer partido de la temporada 2002-2003 ante el Leganés. El futbolista de La Feria se perdería gran parte de la temporada y sólo jugaría ocho partidos.
Esta vez, una rotura fibrilar le mantendrá alejado de los terrenos de juego entre dos y tres semanas dependiendo de su evolución. En la parroquia amarilla sólo se espera que El Moco vuelva pronto por sus fueros para que, con su maestría, siga demostrando que esta temporada puede ser el líder de los de Kresic.
