Sobre este asunto, Paco Jémez comentó que «nadie me obliga a hacer absolutamente nada», en clara referencia a que esta decisión no viene impuesta desde las mas altas esferas de la entidad de Pío XII. «Es decisión propia», manifestó. Esta pregunta fue realizada debido a algunas dudas sobre la acción de Miguel Ángel Ramírez de bajar al vestuario tras la conclusión del partido, a lo que el entrenador amarillo comentó que «únicamente nos dio la enhorabuena» y además «nos calmó». Pero «nadie me dice lo que tengo que decir en las ruedas de prensa», manifestó el entrenador amarillo.
Esta decisión es debido a que «no somos lo suficientemente maduros, para que en situación de tensión, controlar nuestra palabras. Y eso nos hace mucho daño». Como ejemplo más cercano, el pasado sábado donde los jugadores «dijeron cosas que no deberían de haber dicho», y defendiendo los intereses amarillos, cree que lo más correcto es «salvaguardar los intereses de mi equipo, del club y los míos propios», por lo tanto, «no puedo permitir que ocurra lo mismo que el otro día», expuso el técnico nacido en Gran Canaria.
Paco Jémez entiende a la prensa
De todas formas, defendió a la prensa. «No es una medida que va en contra de los medios ni se ha tomado para perjudicaros», atestiguó Paco Jémez, reiterando que es «para salvar los intereses de nuestros jugadores». Al mismo tiempo, comentó que «entiendo que les pueda sentir mal, pero esta decisión no está tomada para que la compartáis o no».
A partir del partido contra el Rayo Vallecano, las declaraciones se harán en la zona mixta, esto es después de ducharse. En caso de volverse a repetir unas declaraciones como las del pasado encuentro «lo cogeremos y lo reventaremos», comentó el entrenador amarillo. A pesar de que él ha sido de los primeros en nombrar a los árbitros, «nunca me he cagado en su puta madre», en clara referencia a las declaciones de Jonathan Viera.
Hay sanción económica importante
Paco Jémez explicó lo ocurrido en el túnel de vestuario, haciendo referencia a los puesto por el árbitro en el acta del partido. «David González le dio una patada a una botella, pegó contra la puerta del árbitro», aunque dijo que «fue un accidente». El colegiado «no ha podido saber quien ha sido», pero siempre se teme por una sanción.
A pesar de las declaraciones de algunos jugadores, el entrenador «no ve motivos para apartarlos del equipo» y comentó que «hay sanciones económicas muy muy importantes». «Los jugadores son válidos y están para aportar cosas al grupo», por lo que está totalmente descartado la opción de darles un escarmiento deportivo.
El entrenador amarillo también cree que «hay cierto nerviosismo» ya que los últimos resultados «no han sido los deseados». Pero de todas formas, apeló a lo que está consiguiendo implantar en la afición esta plantilla. «Que nadie dude de esto equipo», porque lo están dando todo y «estamos pagando muy caro pequeños errores».