El proyecto más ambicioso, por presupuesto y fichajes, de Miguel Ángel Ramírez a punto estuvo de significar el retorno de la Unión Deportiva Las Palmas a Segunda División B. Hasta el último partido, el conjunto de Paco Jémez sufrió para mantener la categoría, en parte, tras el planteamiento que éste realizó en la Nueva Condomina, recinto que visitará este sábado el representativo.
Si siempre serán recordados los primeros partidos de la temporada pasada por el buen juego que realizó el equipo del ahora entrenador del Córdoba, tampoco será fácil de olvidar el partido contra el Murcia, de hace dos temporadas, y el realizado en Alcorcón, donde Las Palmas encajó (5-0) una dura derrota.
A falta de dos jornadas, Las Palmas visitó la Nueva Condomina en una auténtica final, aunque desde el club se le intentara quitar hierro al asunto, llegándose a afirmar desde el entorno del club que no pasaba nada si la UD perdía en Murcia, algo que finalmente ocurrió debido a un gol de Chando.
Como ocurrió en la visita a Santo Domingo, la convocatoria de Paco Jémez no pasó desapercibida, prescindiendo de Josico. Además, el entrenador amarillo se encontró con que Assmann se lesionó del tobillo en el último entrenamiento realizado en tierras peninsulares, teniendo que convocar a Galán, ahora titular en el Rayo Mahadahonda, de la Tercera División madrileña.
Pero esto sólo fue el principio de algunas decisiones que no fueron compartidas por gran parte de la afición, sobre todo, la de dejar fuera de la alineación a Rondón, que semanas después se iría al Málaga. Por el venezolano puso a un Marcos Márquez en decadencia y también metió a Darino por David González, otra decisión que no gustó a la parroquia amarilla.
El desenlace ya lo saben, un gol de Chando metió a la Unión Deportiva Las Palmas en puestos de descenso y gracias a la victoria contra el Nástic, con un gol del mismo Rondón que no tenía experiencia para la Nueva Condomina, según explicó Jémez después de la visita al Murcia, el conjunto grancanario salvó la categoría por los pelos, algo que se convirtió en costumbre hasta esta temporada, o al menos, eso parece.
