OPINIÓN. Cuatro partidos y cuatro finales. La Liga se ventila en un mes. La quimera del ascenso se encuentra al alcance de la mano. La clasificación está en un puño y la Unión Deportiva Las Palmas es aspirante a todo.
Con aciertos y también con fallos, los de Lobera siguen encaramados en lo más alto de la tabla. Con la Ponferradina pisando los talones, los amarillos deben apretar al máximo para evitar disgustos de última hora. A estas alturas quedar fuera de los seis primeros, no nos engañemos, sería un auténtico fiasco. Un golpe en la línea de flotación que volvería a echar por tierra los sentimientos que se han regenerado esta temporada.
Existen mimbres suficientes para competir y pelear el ascenso, pero se echa en falta que jugadores importantes se pongan los galones y lideren el reto que se nos presenta. Es fundamental perder el miedo a la derrota y ser conscientes que se necesita buscar con ahínco la victoria en cada partido. Doce puntos son posibles y la clasificación dictamina que los cuatro rivales son asequibles. Son partidos ganables y hay que ir a por ellos.
En las manos de Lobera y su equipo se sostiene una ilusión que hacía más de diez años que no afloraba. Muchos sueños se sustentan en su trabajo y en su capacidad de sacar resultados. No queda tiempo para rectificar ni para cometer errores. Si se escapa el tren no sabremos cuándo volverá pasar otra vez. La oportunidad puede ser única y merecemos aprovecharla.
[box size=»large»]
por Javier Rodríguez
@javierodr
Más artículos de Javier Rodríguez
[/box]
