Dani y Javi Castellano no ven clara la renovación con la Unión Deportiva argumentando exclusivamente motivos deportivos. La poca participación en los test de pretemporada de ambos les hace dudar. En Pío XII, en cambio, existe temor a que la situación de 2008 se repita y han marcado una fecha límite para la firma: el 2 de septiembre. De lo contrario, podrían quedarse sin ficha.
La renovación de los gemelos Castellano está en punto muerto. En las últimas semanas tanto el Club como el representante de los futbolistas, Salvador Sánchez, han negociado la ampliación de contrato de ambos hasta llegar prácticamente a un acuerdo. Sin embargo, la poca participación en los distintos partidos de pretemporada —y en el encuentro inaugural ante el Deportivo de la Coruña del pasado sábado, donde Dani Castellano no fue incluido entre los convocados— hacen pensar a los jugadores que no entran en los planes de Sergio Lobera.
Según ha podido saber udlaspalmas.net, la paralización de la renovación se debe a motivos estrictamente deportivos. Pío XII les trasladó una oferta que satisface económicamente a los futbolistas: ampliación por tres años más, hasta 2017, a razón de 120.000 euros cada temporada. Los Castellano han pedido tiempo hasta vislumbrar si tendrán cabida en los esquemas del técnico.
Desde Ciudad Jardín no quieren saber de intenciones, solo de hechos. El guión es similar al descrito en enero de 2008 cuando los Castellano ficharon por el Real Club Deportivo Mallorca tras varios meses de negociaciones con el representativo grancanario. La postura del Club es que no jueguen un minuto en competición oficial mientras no hayan sellado la firma de su ampliación con la Unión Deportiva Las Palmas. Desde distintas fuentes se apunta que se les ha concedido un ultimatúm hasta el próximo 2 de septiembre, día del cierre del mercado. En caso de no llegar a un acuerdo definitivo ambos podrían quedarse sin ficha para la temporada 2013-2014.
Enero de 2008 como lección
Fue un episodio doloroso que costó superar en las entrañas de Pío XII. En enero de 2008 se consumó una situación que tenía tintes completamente antagónicos. Miguel Ángel Ramírez pretendía la renovación de los gemelos desde varios meses de antelación, a sabiendas que la finalización de su anterior contrato con la Unión Deportiva expiraba el 30 de junio de 2008 y eran libres de negociar a partir de enero.
En la negociación las partes parecieron entenderse, pero a la hora de la verdad los plazos se fueron dilatando. El 23 de enero de 2008 el Club se congratulaba en su web oficial de alcanzar un acuerdo con los futbolistas. Sin embargo, no había ninguna firma, solo un pacto verbal. Siete días más tarde, el 30 de enero, el Club publicaba una nota en la que informaba que finalmente los Castellano habían decidido integrarse en la disciplina del filial del Mallorca. La Unión Deportiva Las Palmas recibiría como compensación 30.000 euros por cada futbolista.
La salida de los Castellano irritó en tal dimensión que desde la entidad se informó de una nueva política con respecto a la cantera. «Este club ha tomado la decisión de no subir al primer equipo a ningún jugador de su cantera que tenga un contrato que venza en un plazo inferior a dos años. La medida pretende proteger los intereses de la entidad y centrar todos sus esfuerzos en aquellos futbolistas que realmente deseen tener futuro en el primer equipo y convertirse en valores que permitan rentabilizar el esfuerzo que se realiza en el fútbol base», apuntaba el comunicado. El regreso de ambos en 2011 a la disciplina amarilla propició duras críticas, incluso desde dentro de la misma entidad. Ahora podría repetirse la misma escena.
