Diez años de gestión inteligente

Artículo de opinión de Nauzet Robaina, redactor de udlaspalmas.net.



OPINIÓN | A la gente le podrá gustar más o menos y estará de acuerdo, en mayor o menor medida, con las decisiones que toma en el devenir de los días respecto al club de sus amores. Sin embargo, si algo no se le puede reprochar a Miguel Ángel Ramírez es su capacidad para haber sabido adaptarse a las circunstancias en todos y cada uno de los distintos momentos de su mandato, sin caer en la tentación de gastar más de lo que el club se podía permitir.

Hace diez años que el empresario grancanario tomó las riendas de la entidad insular. Por aquel entonces la Unión Deportiva agonizaba en los infiernos del fútbol español temiendo por su supervivencia y hoy es ese mismo equipo el que se prepara para competir en Primera División. En medio, una década de momentos en los que siempre ha destacado la toma de decisiones preclara por un mandatario que además de dirigirla, siente los colores de Las Palmas como un aficionado más.

Inventó recursos donde no los había y gestionó con maestría hasta el último euro para confeccionar una plantilla capaz de lograr el regreso a la Segunda División. Una vez logrado el éxito, la mesura y la sensatez en el apartado económico – no asumiendo gastos extraordinarios a la hora de contratar futbolistas – permitieron que el club se fuese saneando poco a poco a medida que se ganaba en el territorio nacional una fama de cumplidor en sus pagos.


Esa política de austeridad obligaba a romperse los sesos para conseguir que buenos futbolistas llegasen a Gran Canaria cobrando cantidades ínfimas de dinero. Así, con buen juicio y la ayuda de sus hombres de confianza, llegaron y triunfaron en la isla jugadores como Rondón, Adrián Colunga o Roberto Trashorras, desconocidos a los que la UD puso en el mapa y catapultó sus carreras a Primera.

La mencionada capacidad de Ramírez para saber adaptarse a las circunstancias en el momento oportuno queda fielmente reflejada con la política iniciada en el verano de 2010. Quemó y rompió con las experiencias previas y ligó el futuro del club a la cantera. Se inició en aquel periodo estival el proceso de ‘canarizacion’ del equipo y de aquellos polvos estos lodos: a día de hoy la Unión Deportiva Las Palmas es uno de los equipos con más jugadores de su propia tierra compitiendo al más alto nivel.

Valores nuevos como Vitolo, Jonathan Viera, Vicente Gómez o Hernán y repatriaciones como las de los gemelos Castellano, Nauzet Alemán o Momo. El protagonismo regresaba a la gente de casa en el momento y el entorno oportuno. A largo plazo se han visto los éxitos de aquella decisión pues, los que no siguen en la plantilla y han formado parte del histórico ascenso, son estrellas en otros equipos importantes del país. Una decisión correcta en el momento correcto.

Y como esa, otras tantas que quedan en la sombra y que se escapan a la luz del gran público. No hay mejor muestra de ello que el cierre definitivo del proceso concursal y el pago de las deudas pendientes para que Las Palmas quede saneado de una vez por todas.

Se cumple una década desde que Miguel Ángel Ramírez asumiese el cargo con la Unión Deportiva Las Palmas más grande de este siglo, en Primera División y con señas de identidad propias y reconocibles. Del infierno al cielo en diez años gracias a una gestión eficiente y, sobre todo, muy inteligente.

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Twitter: @NauzetRo

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