La Unión Deportiva consiguió tres puntos que valen oro ante el todopoderoso Sevilla. Peleó con intensidad sin desfallecer un instante y obtuvo premio a tanta fe y arrojo. Los goles de Roque y Alcaraz saben a miel. Oxígeno antes de la visita al Camp Nou. 

El Estadio de Gran Canaria recibía a dos equipos heridos, con ganas de levantarse y lograr su primer triunfo. Y a un Sevilla, todopoderoso en cada sentido y vigente campeón de la Europa League, como un gigante dormido. Uno saldría desplomado. La UD, tras la derrota ante el Rayo, llegaba a la cita con la necesidad de ganar para respirar. Y lo hizo con aplomo, fe y creciéndose ante un grande del continente.

Paco Herrera volvió a apostar por el mismo sistema, con la salvedad de la entrada de ghanés Wakaso por Culio, previsiblemente en respuesta al mal gesto del argentino al ser sustituido ante el Rayo Vallecano. El esquema fue el mismo, aunque con ligeros matices. Influyó la disposición táctica, novedosa, de Unai Emery, renunciando a bandas y apostando claramente por el juego en largo y las segundas jugadas, con torres como Llorente o Iborra.

El poco fútbol que se podía planear en el maltrecho césped del Estadio de Gran Canaria lo ponía Jonathan Viera, un futbolista que es capaz de bailar sobre clavos. El de La Feria salió enchufado, como en estas primeras jornadas de liga, asumió galones y se asoció bien, sobre todo con Roque Mesa. El teldense cayó más hacia la derecha y en posiciones de ataque pisando área. Uno de los matices introducidos por Herrera en el encuentro ante un Sevilla repleto de músculo y altura. Y que resultaría clave.

Araujo, en un disparo desde fuera del área, probó a Rico en el primer minuto. El argentino lo intentó en varias ocasiones, pero con la puntería desviada. Sí ofreció trabajo y arrojo físico en la presión y ayudas en bandas. Inconmensurable en ese aspecto.

Jonathan Viera fue una pesadilla para los zagueros sevillistas / Toño Suárez (udlaspalmas.net)
Jonathan Viera fue una pesadilla para los zagueros sevillistas / Toño Suárez (udlaspalmas.net)

Las Palmas salió con coraje en los primeros minutos, con la clara intención de establecerse por delante en el marcador. Varias faltas colgadas al área pusieron en aprieto a una poblada zaga sevillista.

Ciro Inmobile y Fernando Llorente contaron con dos opciones de espaldas, pero sus giros no resultaron eficientes. En la del italiano, el balón se fue alto, en la del ex de la Juventus, atajó un Javi Varas que resultaría determinante en la segunda mitad. Coke en el minuto 29, contaría con la más clara para los hispalenses, en una dejada de Llorente, pero su disparo se marchó fuera por poco, poniendo el nerviosismo en una grada enchufada y animosa. Era la antesala del tanto amarillo.

Sergio Araujo, en posición de disparo, giró su cuerpo dando la espalda al doblaje de Dani Castellano. Encontró a Roque en el área. El teldense se adelantó a Tremoulinas, enfiló el centro y sacó un disparo seco a la base del poste. Golazo del canterano para abrir el marcador y poner el júbilo en la grada. La UD encontraba, por fin, premio a su empuje en estas primeras jornadas en Siete Palmas.

Disparo de gol de Roque Mesa en el 1-0 / Toño Suárez (udlaspalmas.net)
Disparo de gol de Roque Mesa en el 1-0 / Toño Suárez (udlaspalmas.net)

Desgaste, sentencia y sufrimiento

El descanso refrescó ideas a una Unión Deportiva que supo cómo afrontar el encuentro. La misión: que pasaran los minutos, y cuando los espacios aparecieran por las urgencias del rival, tratar de matar. Un ejercicio de desgaste.

La defensa amarilla funcionó a la perfección. Alcaraz, Aythami y Bigas trabajaron de forma bárbara con los atacantes sevillistas, tanto en el juego aéreo como en combinaciones por el lamentable césped del Estadio. Emery dio entrada a Gameiro, Reyes y Vitolo —ovacionado por el público grancanario—. Habría sufrimiento hasta el final.

Jonathan Viera, después de un grandísimo contragolpe liderado por David Simón, se quedaría solo tras una maniobra ante Rico, que le adivinó su disparo. Hubiera sido un tanto de bandera en una jugada rápida y repleta de calidad. El Sevilla ponía el miedo en el cuerpo. Apareció la figura de Javi Varas, que vería como el trabajo se multiplicaba con respecto pasaban los minutos. También para Hernán y Wakaso, una sociedad inédita que apunta a prolongarse.

En el minuto 75, cuando el sufrimiento ya estaba asumido en la parroquia, llegaría el tanto para dar más tranquilidad. Un córner terminó con Araujo controlando un balón cerca de la esquina. Dio pausa, esperó a la incorporación de los centrales y colocó el balón al corazón del área. Por allí apareció como una exhalación Antolín Alcaraz. El paraguayo, con un remate certero a la base del poste, hacía el segundo. La grada vibraba. Los tres puntos estaban cerca.

Antolín remata a gol tras centro de Araujo, el 2-0 / Toño Suárez (udlaspalmas.net)
Antolín remata a gol tras centro de Araujo, el 2-0 / Toño Suárez (udlaspalmas.net)

Herrera trató de dar velocidad, músculo y refresco al medio, con la entrada de Culio, El Zhar y Vicente. Las Palmas formó con las líneas juntas, sudó sangre y consiguió lo que tanto ansiaba: la primera victoria tras su regreso a Primera, 4.932 días después. Una bombona de oxígeno para los amarillos en un ejercicio de sacrificio y fe. Sin desatar la euforia. Con humildad, éste es el camino. Siguiente parada: FC Barcelona.

#FOTOGALERÍA | ¿Quiere ver las mejores imágenes del encuentro? Vea nuestra extensa fotogalería

CRONICA_ficha

Unión Deportiva Las Palmas 2-0 Sevilla Fútbol Club

Unión Deportiva Las Palmas: Varas; Simón, Aythami, Bigas, Alcaraz, Dani Castellano; Hernán, Wakaso, Roque (El Zhar, min. 73); Jonathan Viera (Culio, min. 77) y Araujo (Vicente Gómez, min. 81). Entrenador: Paco Herrera.

Sevilla Fútbol Club: Rico, Coke, Kolo, Trémoulinas, Krychowiak, Iborra, Cristóforo (Reyes, min. 58), Khron-Dehli, Llorente (Vitolo, min. 65) e Immobile (Gameiro, min. 53). Entrenador: Unai Emery.

Goles: 1-0, Roque Mesa, min. 30; 2-0, Antolín Alcaraz, min. 76.

Árbitro: Carlos del Cerro Grande, comité madrileño. Amonestó a los locales Wakaso, Bigas, Aythami; y a los visitantes Llorente, Krohn-Dehli. Iborra.

Incidencias: 19.733 espectadores en el Estadio de Gran Canaria. Noche calurosa.











Artículo anteriorAsí vivimos el triunfo ante el Sevilla (2-0)
Artículo posteriorUna bombona de oxígeno para la UD