CONTRACRÓNICA | Parecía que un día más iba a repetirse la historia de todos los encuentros de la era Setién: mucha posesión pero poca definición. Sin embargo, cuando nadie lo esperaba apareció Willian José, que estuvo en el momento justo y en el lugar oportuno para marcar un gol que es una bombona de oxígeno para que la Unión Deportiva no esté tan ahogada en el fondo de la clasificación. Su gol al filo del final del choque llegó en unas circunstancias que hasta entonces no se habían dado en el partido: la presencia de un delantero fijo en el área.
Porque hasta ese minuto 92 en el que el ariete brasileño golpeó el esférico al fondo de las mallas, Las Palmas había realizado un calco de lo que habían sido sus últimas apariciones sobre el césped. Con el entrenador santanderino el conjunto amarillo quiere ser protagonista, quiere tener la posesión y trata de someter a sus rivales a través de esa tenencia de la pelota. Y, normalmente lo consigue con relativa facilidad en un campeonato en el que son pocos los equipos que quieren tener la iniciativa. Esa personalidad para mandar sí la tiene la Unión Deportiva pero peca de la otra cara de la moneda, esa que otros rivales de la zona baja sí tienen y que quizá sea la más importante: el gol.
Las Palmas llega, crea peligro y tiene ocasiones a lo largo de sus enfrentamientos pero no finaliza. Araujo no tiene la gracia del pasado curso y sus intentos bien acaban estrellados en un defensor o se marchan fuera de los palos. Jonathan Viera sigue siendo el máximo realizador del equipo pero sus prestaciones en registros goleadores no son suficientes, sencillamente porque esa no es su tarea. Lo mismo con Tana, que bastante tiene lo suyo. Así, con este panorama, lo normal es que se reclame el fichaje de un delantero para el mercado invernal que solucione ese problema de gol que padece el combinado grancanario. Y cuando ese debate iba a encontrar un nuevo punto álgido tras una nueva muestra de la escasa pegada de la Unión Deportiva, apareció Willian José para reivindicarse.
Entró a pocos minutos para el final del partido para ser el hombre revulsivo y colocarse en el área, eso que tanto se echa en falta en Sergio Araujo. Willian se limitó a situarse cerca de esa zona, buscando pescar una pelota para mandar a la red y cuando la tuvo no falló, ni más ni menos. Jonathan Viera le puso el envoltorio y él entregó el mensaje en el último minuto del partido. Un mensaje que dice que la Unión Deportiva aún tiene mucho que decir en esta Primera División, que no hay que dar por muerto a los amarillo. Pero, sobre todo, fue también una declaración personal de intenciones. Una reivindicación de un delantero con menos protagonismo del que querría tener y que quizá se ha ganado una nueva oportunidad.
