Sergio Araujo, del cielo al infierno

Sergio Araujo, el día del ascenso / Toño Suárez (udlaspalmas.net)


El delantero argentino, autor del gol del ascenso a Primera División, cayó en la complacencia de su entorno derrumbando las altas expectativas a las que apuntaba. Dos años y medios después deja la UD Las Palmas con división de opiniones.

En verano de 2014 llegaba a la Unión Deportiva Las Palmas Sergio Araujo. El delantero argentino había regresado a su país natal tras no triunfar en su experiencia con el Barcelona B. Un jugador talentoso, al que le hacía falta confianza. Tal vez encaraba la última gran oportunidad para engancharse al fútbol de élite.

Araujo tuvo un aura especial desde el primer minuto. Sus primeros diez encuentros oficiales con el equipo amarillo, a tenor de sus registros, le situaron como jugador franquicia de una Unión Deportiva Las Palmas que había vivido un infierno meses antes tras el ‘Cordobazo’. La afición grancanaria necesitaba creer. Y Araujo cayó de pie.


Anotó con la izquierda, con la derecha, desde fuera del área, en velocidad, de toque sutil o potente. Araujo vivía puerta con puerta con Nico Rodríguez, director deportivo del momento. Era un jugador con pasado problemático fuera de los terrenos de juego. Una de las claves de su irrupción en la temporada 2014-2015 fue que únicamente estuvo centrado en el fútbol.

Pasaron los meses, con sequías goleadoras mediante, pero Araujo terminó la temporada con la increíble cifra de 25 tantos. Nunca antes se había acercado a esa cantidad como profesional. Fue protagonista en el play-off de ascenso, anotó el gol del ascenso y fue comprado por la Unión Deportiva Las Palmas. Firmaba además un gran contrato como una de las estrellas del conjunto amarillo en su vuelta a Primera División.

Araujo partió desde el primer momento con la vitola de jugador franquicia. Miguel Ángel Ramírez había rechazado ofertas que pasaban los 10 millones de euros por él. Las expectativas en él eran tremendas después de una temporada de ensueño en Segunda. Pero Araujo ya no era el mismo.

Regresó en apenas 20 días de vacaciones con más de 5 kilos de sobrepeso, algo que escoció en el club. Distintos actos extradeportivos -que no habían salido a la luz pública- ya perseguían al jugador en su fama. Partió como titular en el estreno en Primera pero le faltó chispa en ataque. Willian José aprovechó su momento para hacerse fácilmente con la titularidad y completar una segunda vuelta magnífica de amarillo [8 tantos y una asistencia, por sólo dos goles del argentino]. El caso Chester -el jugador no entrenó tras una noche de marcha- en febrero no ayudó a mejorar su imagen pública.

Tras el verano Araujo manifestó volver más centrado, más maduro. Entrenó por su cuenta para regresar en el mejor tono físico, algo que difundía diariamente a través de sus perfiles en redes sociales. Comenzó la temporada y volvió por las andadas. Toda la ayuda y apoyo que le había facilitado el club, cuerpo técnico y compañeros quedaba de nuevo en entredicho tras una denuncia de la Guardia Civil por negarse a realizar un control de alcoholemia. Araujo había roto la confianza depositada en él.

Desde ese momento el binomio entre Sergio Araujo y la UD Las Palmas no volvió a funcionar. El delantero argentino reconocía que no le importaría marcharse, mientras que los directivos amarillos de manera interna tampoco escondían la posibilidad de su marcha. Todo esto se vio agravado hace una semana, cuando volvía a dar positivo en un control de alcoholemia mientras se dirigía al entrenamiento en Barranco Seco. En dos años y medio Araujo pasó del cielo al infierno. Un jugador joven, con potencial y fútbol que ahora se marcha a Grecia para recuperar su mejor versión y regresar al nivel que se le presupone a la disciplina amarilla.

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