El conjunto de Quique Setién acabó goleando a Osasuna pero el partido no fue tan bueno como hace parecer el marcador. El equipo amarillo fue capaz de mostrar lo mejor y lo peor en un partido que no pasará a la historia por la brillantez de sus acciones, o tal vez sí, por lo extraño de ellas.
Probablemente el partido más raro y extraño que se ha visto en Gran Canaria en mucho tiempo. Porque hubo de todo, pero prácticamente lo único bonito lo puso Jonathan Viera. Goles cómicos, errores garrafales, alguna situación absurda y un arbitraje que llegó a ser desesperante durante la primera mitad.
El partido fue extraño pero la UD ganó, que era el objetivo. Recuperó el gol, por fin vio puerta Jesé y ve premio a sus buenas actuaciones de días anteriores probablemente en el peor partido de los últimos que han hecho los amarillos en Gran Canaria. Hay que contar también con el rival, un Osasuna que demostró por qué sólo cuenta con diez puntos en la clasificación y cuyo único misterio parece ser descubrir en qué jornada firmará su descenso matemático.
El guion del partido parecía el idóneo nada más comenzar el choque. Gol de Jesé, partido plácido y todo el mundo contento. Pero la UD volvió a hacer gala de esa habilidad autodestructiva que permite que, con el 83 por ciento de la posesión y ante un rival inofensivo, de repente se vea por debajo en el marcador. Javi Varas acumula los focos en una tarde para el olvido, aunque no menos calamitosa fue la actuación de la línea defensiva durante la primera parte.
Al descanso, la UD por debajo, dejando sensaciones horribles ante el colista y con el enfado generalizado ante una actuación arbitral que se coronó en la primera mitad, mostrando cuatro tarjetas a los amarillos en cinco faltas cometidas; por una para el bando navarro con el triple de infracciones señaladas.
Pero el rival era muy endeble y con poco que hicieran los amarillos acabarían haciendo daño. Dicho y hecho. Jonathan Viera quiso que así fuera y la UD fue un huracán en la segunda parte que atropelló a un Osasuna inofensivo que no supo contener a un equipo desatado. Luego, con marcador a favor, recital de jugadas erráticas de los navarros, juego con viento de cara de los amarillos, y un equipo que mostró este domingo su peor y mejor cara, una UD bipolar.