La directiva amarilla sigue dando pasos hacia un proyecto único tanto en lo futbolístico como en lo monetario que tiene su razón de ser en la cantera.
Durante las últimas temporadas la UD Las Palmas se ha caracterizado por ser uno de los equipos que más número de canteranos tiene en su primer equipo, rivalizando con clubes con más tradición en el trabajo de base como el FC Barcelona o el Athletic Club. Esa política deportiva se instaló en la entidad amarilla hace unos cuantos años cuando el regreso a la isla jugadores como Aythami, Momo y Nauzet se sumaron a la irrupción desde abajo de chavales como Vicente, Roque, Tana o Vitolo.
A partir de ahí, la apuesta por gente de la casa ha ido in crescendo hasta el punto de aglutinar un total de 16 jugadores formados en las categorías de base en la temporada del regreso amarillo a Primera División y 12 jugadores de la tierra en la campaña que acaba de finalizar. Esta cuestión refleja claramente que el modelo deportivo de la escuadra amarilla sigue buscando su razón de ser en el trabajo que se viene haciendo en la cantera desde hace algunos años.
El ascenso del filial a Segunda B y los avances en la construcción de una Ciudad Deportiva son dos pasos importantísimos para que Las Palmas pueda dotar a su cantera de mejores armas, tanto en lo que tiene que ver con los deportivo como en las infraestructuras. Además, el trabajo de captación ha ido mejorando su estructura para intentar acertar lo máximo posible a la hora de seleccionar qué jugadores tienen cabida en los distintos equipos de base. A todo esto se le une el hecho que supone que para la próxima temporada el conjunto amarillo volvería a contar con un total de 12 canteranos –como mínimo– a falta de confirmar la continuidad de Raúl y los hermanos Castellano.
Todos esos movimientos reflejan un plan de acción que la UD está llevando a cabo para establecer un modelo económico y deportivo único que le dote al club una estabilidad necesaria para poder crecer dentro del marco competitivo que supone el disputar la Primera División del fútbol español. De esa manera, Las Palmas se fija en el trabajo que hace el propio Athletic en Lezema como ya manifestado en algunas ocasiones el propio Miguel Ángel Ramírez. Eso sí, los amarillos sí que tiene en mente fichajes de jugadores extranjeros o de otras comunidades autónomas para complementar la plantilla.
A pesar de ello, es evidente que no todos los jugadores de la cantera tienen cabida en el primer equipo y que la paciencia está siendo una de las premisas cruciales en todo esto. Los jefes de cantera no tienen demasiada prisa con los futbolistas y prefieren esperar a que encuentren su momento para llegar al primer equipo, algo que podría reflejar la cordura que está imperando en los distintos estamentos de los filiales.
De esa manera, Las Palmas empieza a dejar ver cómo quiere ir trabajando su futuro y cómo quiere competir en los próximos años, dejando claro que existe un camino que se quiere seguir a rajatabla en busca de la supervivencia. De cualquier manera, éste es sólo el comienzo de un proyecto que tendrá que seguir desarrollándose y que se irá evaluando temporada a temporada para saber con exactitud la viabilidad del mismo. De momento, el modelo de cantera de la UD Las Palmas ha sido un éxito.
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