El técnico grancanario ha querido dejar claro a sus pupilos un nuevo reglamento dentro del vestuario que está llevando a rajatabla desde que aterrizase en la isla. Menos móvil, más puntualidad y control de peso son algunas de las normas que Paco Jémez quiere imponer en Las Palmas.
Paco Jémez sigue preparando su ejército. El grancanario no quiere nada fuera de su lugar. Para ser un Soldado de Jémez no basta con vestir de corto e ir a entrenar, hay que comportarse de una determinada manera y hay que cumplir una serie de normas que son inquebrantables dentro del vestuario. Desde su llegada a la UD, el nuevo inquilino del banquillo amarillo ha querido marcar territorio desde el punto de vista de la disciplina.
Por ello, tal como informa Canarias7, Jémez ha impuesto una serie de normas que se tienen que cumplir sí o sí con el fin de que todo funcione como un reloj. Entre esas normas destacan un menor uso del móvil y la puntualidad a todas las citas con el equipo, ya sea tanto en desplazamientos para jugar lejos de la isla como en entrenamientos, sesiones de vídeo y cualquier tipo de reunión que se concrete por parte del técnico.
En cuanto al uso del móvil, Paco no quiere que sus jugadores estén pendientes de las redes ni cuando reciben masajes ni cuando vayan a entrenar; prefiere que el dispositivo esté apagado o que lo dejen en casa antes de que se despisten con cualquier cosa que no sea el fútbol. En ese sentido, lo que el ex de Cruz Azul busca es intentar ordenar un poco las cabezas de sus hombres, aunque no es la única nueva normativa impuesta.
Jémez le ha pedido a su jugadores que tengan una vida normal, bien amueblada y lejos de cualquier salida nocturna o actividad que pueda mermar su rendimiento. De ese modo, también quiere que el control del peso sea estricto, que se supervise con esmero la evolución física de sus futbolistas y, además, controlará cómo se comportan antes los medios de comunicación y cuántas veces los atienden para evitar sobreexposiciones.
De hecho, tanto Löic Rèmy como Oussama Tannane ya han sido víctimas de este nuevo reglamento y han sido apartados de la disciplina amarilla. Tanto el francés como el marroquí llegaron tarde en dos ocasiones durante las primeras horas de Jémez en la isla y y el entrenador insular no dudó a la hora de mandarlos a casa sobre la marcha, siendo éste el ejemplo perfecto de que Paco no se anda con juegos.
Con todas esas cuestiones funcionando, la UD Las Palmas intentará encontrar el camino que perdió desde que se inicio un 2017 que ha sido para olvidar y que, por suerte, está a punto de terminar. Paco Jémez no piensa dejar que ningún jugador, se llame como se llame y tenga el rol que tenga dentro del equipo, se pase de una raya imaginaria que el propio entrenador ha marcado a fuego en su nuevo vestuario.