La UD mantiene su falta de pegada hasta el punto de no ser capaz de, con todo el arsenal que tiene, generar más ocasiones para sumar los puntos necesarios para seguir cimentando su papel como candidato al ascenso a Primera División.
Que la Segunda División no iba a ser fácil era algo lógico para Las Palmas. Los amarillos han caído de lleno en una competición que es dura, larga y quisquillosa. En ese sentido, es importante reseñar que eso ayuda a ver partidos trabados donde sea casi un milagro superar el centro del campo rival para plantarse ante el portero, pero el problema de los amarillos con el gol empieza a llamar un poco la atención a pesar de las circunstancias.
Desde el gol de Rafa Mir al Málaga, los insulares acumulan 196 minutos sin ver portería, algo que demuestra que la pegada del inicio de temporada ya desapareció y que Rubén Castro no va a poder solucionar siempre la papeleta. El isletero no está encontrándose cómodo y eso se nota, los rivales cierran muy bien su medular y los medios de la UD no están siendo capaces de encontrar espacios para surtir a un ‘Moña‘ que vive del gol.
Quizás, por esa razón, no estaría de más darle una vuelta al esquema. Las Palmas pudo dominar la posesión, sí, pero no terminaba de crear peligro, de conectar con la gente de arriba y de probar a un Dani Jiménez que sólo tuvo problemas de verdad en dos ocasiones: un disparo de Mir y una jugada de picardía de Rubén en la que estuvo muy rápido. De resto, disparos a las manos y cabezazos que se iban lejos de los tres palos.
Con este pequeño bache de gol no se debe jugar. Igual hace falta ampliar un poco más el campo y aprovechar a jugadores como Blum que, en el ratito que estuvo, demostró tener esas cualidades que echaron de menos los grancanarios. No estaría de más probar con más centros y con más internadas en el área por los costados que acumular hombres en el medio, pero es ahí donde Manolo Jiménez decide y, de momento, se mantiene firme.
Sería utópico dudar del sevillano, pero la eficacia hay que empezar a resolverla. La UD tiene equipo para poner en más aprietos tanto a defensas como a porteros rivales y no está siendo capaz de conseguirlo. No llega a ser una asignatura pendiente, pero si es un aspecto del juego que hay que resolver porque por materia prima que no sea.